Gracias al tesón de la asociación cultural en defensa del patrimonio de la provincia, SOS Patrimonio Conquense, y a la labor de la gran cantidad de voluntarios que han prestado su ayuda, la iglesia románica de Caracena del Valle (siglo XII) ha finalizado su primera intervención. Tal y como relató el presidente del colectivo, José Saiz, la iglesia, antes de la intervención, presentaba la cubierta derruida sobre el interior del edificio. El abandono del mismo hizo que proliferaran diversas especies vegetales que fueron ocupando el entorno. Además, el recinto presentaba restos de vigas deterioradas a considerable altura, junto con zonas de difícil acceso por la cantidad de escombro acumulado, que presentaban un aspecto de difícil actuación interior. Los miembros de la asociación y voluntarios limpiaban en los pasados días el suelo de la sacristía.
«Todo ello fue retirado y limpiado en las tres campañas de intervención y se cerró el edificio para evitar actos vandálicos», dijo Saiz, que añadió que «ahora sólo queda, con la ayuda de la Diputación, techar el ábside y la sacristía para conservar sus restos de las inclemencias del tiempo».
La idea de la intervención en la Iglesia surgió «de la preocupación de SOS Patrimonio Conquense por nuestra provincia y, tras reuniones con la Diputación Provincial, se decidió elegir este edificio debido a que es uno de los cronológicamente más antiguos y que ha sido objeto de mayores desastres y expolios a nivel provincial», explicó el representante de la organización, que apuntó que «en Cuenca tenemos un circuito del románico de tipo rural y concejil muy desconocido, que aunque tardío por la cronología de la reconquista y repoblación hay que poner en valor por su riqueza patrimonial y turística».
Recuperación de la romería. La recuperación de la iglesia parroquial tiene, además, el objetivo de recuperar la tradición de las gentes del lugar. Una romería que se celebraba en los años 50 del siglo pasado y que se fue perdiendo en el tiempo y en el recuerdo. «Jesús Jarabo, uno de los últimos sacerdotes que estuvo en la Iglesia, nos contaba que su fiesta se celebraba el día 15 de agosto y a ella acudían en peregrinación todos los habitantes de los pueblos limítrofes situados en el valle», cuenta el presidente del colectivo conquense.
« A la Virgen se le apodaba ‘la Virgen de los Siete Mandiles’ y era muy querida en todo el valle. En el campo de alrededor se bailaba y se comía cordero durante todo el día», relató y añadió que «los pueblos que asistían, principalmente los más cercanos del valle, eran Caracenilla, Valdecolmenas de Arriba, Valdecolmenas de Abajo, Pineda de Ciguela, Cuevas de Velasco, Bonilla y Castillejo del Romeral. Aunque también venía gente de otros lugares algo más alejados».
Por esta razón, desde SOS Patrimonio Conquense «seguiremos defendiendo, protegiendo y divulgando el patrimonio cultural y natural de la provincia de Cuenca y colaborando con los ayuntamientos y administraciones para poner en valor un patrimonio que es de todos», expuso su presidente, que agradeció la estrecha colaboración de la institución provincial, el Consorcio de Bomberos 112 y la Universidad de Castilla-La Mancha y sus alumnos.