La crítica -
Por Juana Samanes
Años 70. Donald Trump, segundo hijo de una familia adinerada de Nueva York, conoce a Roy Cohn un adinerado y amoral abogado que le ayudará a ascender empresarialmente y a crear un imperio. Para Roy, el joven Donald es el que protegido que siempre quiso tener: ambicioso y dispuesto a cualquier cosa para triunfar.
Según su director, el cineasta iraní-danés Ali Abbasi, su objetivo no era hacer un biopic al uso sino que le interesaba narrar su relación con Roy. Lo cierto es que la película, sin meternos en honduras, es tendenciosa desde la primera imagen y parece narrada por alguien afín al Partido Demócrata, porque el retrato de Donald Trump no solo es el de un hombre sin ningún tipo de escrúpulos, sino también mujeriego, egocéntrico y mal amigo. En la misma, además de Donald y Trump, sale su primera mujer Ivana, a la que salvan de la quema, mientras la presentan como una víctima de su esposo.
Pero si argumentalmente la película de tan sesgada ideológicamente cae en el esperpento (independientemente de lo que uno pueda pensar de Trump), visualmente es un auténtico "poema", parece rodada con una cámara digital casera, con una nitidez de imagen más que dudosa. Se supone que con ese colorido desvaído querían hacer más creíble que se desarrollaba en los años 70, pero el resultado es muy poco atractivo. Por no citar las peroratas interminables y aburridas que se oyen a lo largo de la película y que machaconamente quieren indicarnos la falta de escrúpulos de Trump.
La película se estrena al mismo tiempo en Estados Unidos y en España, el 11 de octubre, en plena campaña electoral estadounidense. Sinceramente tengo curiosidad si pondrá una querella Trump hacia los responsables de esta película, porque lo despelleja totalmente, aunque a lo mejor pasa olímpicamente dada lo chapuza que es este film.
Lo más simpático: los pegadizos temas de la banda sonora, entre ellos uno del dúo español Baccara