Caprile pisa el Santa Cruz para «ver de cerca la magia de esta exposición»

C.M. / Toledo
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El diseñador visitó la muestra 'La moda española en el Siglo de Oro' confirmando que se había «empollado el catálogo» del recorrido

Rafael García Serrano esperaba en la entrada del Museo de Santa Cruz una visita concertada desde hace tiempo y celebrada para un comisario que agradece la presencia de nombres de la moda tan destacados como Lorenzo Caprile. Llegó pasados unos minutos  de las doce disfrutando, como no podía ser de otra forma en Toledo, de unos mazapanes recién comprados.
Conocedor de la época protagonista de esta exposición, Caprile participó en mesa redonda que este martes se celebró en el Museo de Artes Decorativas de Madrid, encuentro en el que García Serrano se sorprendió de cómo el diseñado «se había estudiado el catálogo» de la muestra por él comisionada.
Por ello, y confirmando que Caprile «conoce muy bien toda la historia de la moda», el responsable de este recorrido toledano recordó la cercanía que esta «autoridad de la moda» mantuvo con quizá fue «la máxima autoridad en la indumentaria histórica en España».
Se refería a la investigadora Carmen Bernis, doctora en Historia por la Universidad de Madrid y colaboradora del CSIC en torno a la historia del traje, persona de quien «Caprile aprendió mucho de los aspectos históricos» de un oficio que, en este caso, se sustenta en el conocimiento, el estudio y la investigación.
No en vano, como recordó el propio diseñador a las puertas del Santa Cruz, ha sido el responsable «de vestir muchas obras de teatro ambientadas en este momento del Siglo de Oro», razón por la asegura conocer «‘relativamente bien’ un tiempo con el que, además, siente «afición».
Confirmando las palabras de comisario del recorrido, Caprile admitió que se había «empollado el catálogo» de una muestra que apunta «amable de ver y, sobre todo, muy pedagógica». Eso a pesar de que por sus conocimientos «llueve un poco sobre mojado».
De hecho llevaba tiempo reservando este día para «ver de cerca la magia de esta exposición que ha logrado reunir los poquísimos ejemplares que existen en Toledo». En este punto, y destacando la importancia de contemplar «lo poco que se ha conservado en Europa de aquellas épocas», Caprile insistió en lo «mágico de que estas piezas estén hoy aquí».
Sobre la falta de hábito en lo que a exhibiciones relacionadas con la moda se refiere, consideró que no pueden contemplarse como minoritarias porque «son cosas que a todos nos gusta ver, contemplar cómo nos vestíamos, saber cómo nos adornábamos o cómo nos perfumábamos», detalles al fin y al cabo «de la vida cotidiana que son siempre curiosos y bonitos» de apreciar.
Además, señaló, «no hay que entender de arte ni de historia para que nos llegue» y sorprenda porque «la moda existe desde que el hombre es hombre». Así, y apreciando que la divulgación de la historia y la actualidad de la moda no está tan mal, tuvo a bien señalar que «estamos en un momento de cambio» en el que la política de acercamiento a este sector «sí se está realizando». Eso a pesar de que «siempre se podría hacer más de la misma forma que todos podríamos ser más guapos y más delgados».
Con papel a mano y dispuesto a profundizar aún más en un universo por él muy conocido, comenzó el recorrido mostrando su interés por adquirir alguna libreta sobre la muestra, lo que no pudo ser porque, tal y como le indicaron, aparte del catálogo no se han comercializado los habituales productos de merchandising.
 
20 años en el oficio. Lorenzo Caprile acaba de celebrar sus 20 años en el mundo de la moda con la publicación del  libro ‘De qué hablamos cuando hablamos de estilo’ y con el aplauso general de algunos de sus diseños más recordados. Tan sólo recordar que ha vestido a la reina Letizia y las infantas Elena y Cristina, siendo el diseñador del vestido de novia de esta última. Y que fue de él el espectacular traje rojo que la actual reina lució en su estreno en Dinamarca como prometida del entonces príncipe de Asturias en 2004.
Más recientes fue el vestido, también rojo, con cristales bordados con el que Igartiburu despidió 2013, y las creaciones que Ingrid García-Jonsson y Macarena Gómez se enfundaron en la última edición de los Goya.