Desde muy temprana edad tenía la firmeza y convicción de iniciarse en el sacerdocio. No solo por iniciativa propia, contando además con el respaldo de sus padres y familiares, sino también porque «Dios me llamó» para que emprendiera el camino. A los 13 años entró por la puerta del Seminario de Cuenca con las ideas «muy claras y sin ningún tipo de duda», y en estos últimos cinco ya ha superado la primera etapa del sueño que persigue, que no es otro que ser sacerdote de la Santa Iglesia.
Ahora espera con ilusión la llegada de septiembre para dar comienzo a su formación en el Seminario Mayor, con siete años por delante, para «prepararme para poder hacer feliz a mucha gente en el futuro, siempre con la palabra de Dios, sabiendo que yo soy una herramienta pobre para hacerlo». Esa es la reflexión que propaga en voz alta Jorge Mora. Este conquense, a sus 18 años de edad, confía antes en «corregir los errores que tengo para llegar a ser sacerdote». Es cuestión de tiempo y aprendizaje que lo logre, mucho más cuando «es lo único en lo que pienso y que deseo». El hecho de tenerlo tan claro surge a raíz de ver cómo los sacerdotes «hacen feliz a mucha gente durante las 24 horas de cada día, que es algo que yo también quiero hacer». Sin olvidar que es «la misión que me ha encomendado Dios, tal y como me sentí en la oración».
La historia de este conquense seminarista podría ser la de uno más, pero es que existe un trasfondo muy particular y curioso. Ya que compagina su amor por Dios con el papel protagonista del musical Original, el paso de Carlo. Es una iniciativa puesta en marcha por la Delegación de Pastoral Juvenil del Obispado de Cuenca, contando además con el apoyo del Seminario. A su vez, es un espectáculo en el que Jorge Mora encarna al beato Carlo Acutis, un joven italiano que falleció en 2006 con tan solo 15 años de edad a causa de una leucemia. Cabe destacar que el próximo año, Acutis será canonizado como santo. Las similitudes entre Carlo y Jorge son reales, tanto que se parecen mucho físicamente. Mucho más cuando se sube al escenario con el polo rojo, pantalón, chaqueta y zapatillas como réplicas de las prendas con las que fue enterrado el beato.
Fe sobre el escenario - Foto: Reyes MartínezPara él, es una «responsabilidad muy grande, porque llevo mucho peso en el musical, pero a la vez significa una ilusión tremenda porque me veo en reflejado en Carlo». Entre otras razones, porque «soy joven como él, vivía en la misma sociedad que yo vivo y nos parecemos mucho, además de ser un gran amigo». El reto es mayúsculo porque Jorge Mora no cuenta con conocimientos de canto y tampoco de baile, unas cualidades necesarias para asumir el papel principal. Pero ha conseguido perfeccionar su interpretación como si de un profesional se tratara a base de esfuerzo y claro. También ha sido clave «leerme los textos en soledad y en la eucaristía, junto a Dios». Unas oraciones donde «he sabido concretar lo que quiero transmitir, que es, precisamente, lo que un cristiano vive, con el amor al Señor y la eucaristía». También se siente un «elegido» al encarnar a Carlo Acutis, pero no lo dice con «orgullo», porque reconoce que es un «desastre» todavía en ciertas cosas. Sin embargo, «me siento querido por el Señor y por darme una oportunidad tan grande de reflejar el rostro de Cristo delante de tantas personas». Y no es para menos porque encabeza un elenco de 140 personas sobre el escenario para sacar adelante este musical, donde «los actores lloramos, nos entristecemos y nos alegramos de verdad, de manera real, porque vivimos lo que actuamos», recalca.
Jorge Mora incide en que el musical Original, el paso de Carlo «es un espectáculo en el que si te gusta el arte, lo tienes que ver». Pero si, además, «quieres un encuentro personal con Cristo, el musical es una opción perfecta para tenerlo». Mientras sigue su particular camino en el Seminario de Cuenca, tampoco tiene dudas de que irá allá donde sea necesario para interpretar a Carlo Acutis de la mejor forma posible, con humildad y responsabilidad.