Dos descartes para Wembley

SPC-Agencias
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El bajo nivel competitivo que demostró Militao en Villarreal y la lesión de Tchouaméni en el pie izquierdo alejan a ambos del once inicial de Ancelotti en la final de la Champions

El brasileño aún tiene que recuperar ritmo y forma física para afrontar las grandes citas.

Por diferentes motivos, Carlo Ancelotti tiene ya dos descartes hechos para el once inicial que presente el Real Madrid en la final de la Liga de Campeones del 1 de junio en Wembley, en la que se enfrentará al Borussia Dortmund. Uno de ellos es Èder Militao, que, aunque tiene el alta médica desde hace unas semanas tras superar su lesión de ligamento cruzado de la rodilla, aún no está en condiciones de competir al máximo nivel ni posee la forma física necesaria para ello, como quedó demostrado el pasado domingo contra el Villarreal. El otro que no podrá ayudar a los blancos en la cita continental es Aurelién Tchouaméni, ya que el francés no se recuperará a tiempo de la rotura del tercer metatarsiano del pie izquierdo que sufrió ante el Bayern en semifinales. El galo peleará al máximo por llegar a la Eurocopa.

Ancelotti presentaba dos disyuntivas claras de cara al  encuentro que le puede otorgar al cuadro merengue su decimoquinta Champions. La primera se situaba en la portería, pero todo parece indicar que Thibaut Courtois, en plena forma después de superar sus graves problemas de rodilla, adelantó la semana pasada a Andriy Lunin para enfundarse los guantes en la final ante el Dortmund.

La otra incógnita del italiano involucraba a tres protagonistas: Militao, Tchouaméni y Nacho. Tres jugadores para dos posiciones que parecen ya definidas para la gran noche en Londres. Sobre todo porque el defensa brasileño aún no parece preparado para enfrentarse a un choque de ese calado.

Siete meses y medio después y tras una dura recuperación, Militao volvió a los terrenos de juego. Lo hizo frente al Athletic, en el partido de la segunda vuelta de Liga en el Bernabéu. Disputó un minuto. Testimonial, pero lo importante era volver, y desde entonces fue creciendo en protagonismo.

Hace siete días, ante el Alavés, tenía enfrente a un rival complicado: Samu Omorodion. Corpulento, alto, rápido al espacio… pero acabó desesperado el partido por el marcaje del zaguero blanco.

El sudamericano fue, según la estadística avanzada, el jugador que más duelos aéreos ganó (cuatro) y más recuperaciones hizo (12). Ambas cifras por encima del promedio de la temporada por 90 minutos: 2,54 y 8,22, respectivamente.

Sin embargo, todo ese buen trabajo y progresión demostrado contra el 'Glorioso' se disipó en La Cerámica, donde un 'nueve' como Alexander Sorloth, que comparte algunas cualidades con Niclas Füllkrug, del Dortmund, sometió y retrató una y otra vez a un Militao que no fue efectivo en ninguno de los cuatro tantos del noruego.

Nacho, el elegido

Con el brasileño fuera de la ecuación, el acompañante de Antonio Rüdiger en el centro de la defensa en la final de la Liga de Campeones pasaba por Nacho y Tchouaméni, pero todo apunta a que será el español el elegido nuevamente por Ancelotti.

El centrocampista francés ha intentado acortar los plazos de recuperación lo máximo posible, pero en casos de rotura de hueso hay poco que hacer salvo dejar pasar el tiempo para que todo vuelva a funcionar correctamente.

El pivote, según adelantó  hace unos días L'Equipe, habría hasta viajado a Estados Unidos para visitar a un especialista en la materia que confirmó el tiempo de ausencia que en el equipo médico del Real Madrid manejaban.

Ahora, el galo pondrá todo su empeño en llegar a tiempo para una Eurocopa de Alemania que está a la vuelta de la esquina, aunque, en este caso, la decisión final estará en manos de Didier Deschamps, el seleccionador de Francia.

Así las cosas, Nacho se tendrá que enfundar de nuevo el mono de trabajo. Ya le tocó hacerlo en la vuelta de cuartos en Mánchester ante el City y en la eliminatoria de semifinales contra el Bayern. Por su desempeño pasa volver a visitar Cibeles.