La música popular está de suerte. Las serenatas, el folklore y la armonía resultante de la mezcla de voces generalmente graves con instrumentos populares, como las bandurrias o las guitarras, también tienen cabida dentro de la sociedad. Y eso siempre es de celebrar... La rondalla Cuesta de la Virgen es uno de esos grupos que la tradición la llevan grabada a fuego y en los que las melodías de sus canciones no solo se tocan, se sienten. 

Eso lo saben en el Ayuntamiento y la Concejalía de Cultura y por eso se aseguran de que, dentro de las jornadas culturales donde cada grupo musical de la ciudad tiene un día para ellos, esta agrupación cuente con uno asignado. Por ello, este sábado el grupo dirigido por Jesús Grande, actúa en el Mercado de las Artes Luisa Sigea en el segundo Encuentro de Rondallas, después de que el año pasado fuese un éxito total. «Es un encuentro de música diversa, en el que intentamos que no solo se escuche a grupos parecidos a nosotros; pensamos en mezclarnos con otros estilos para hacer que no se haga tan monótono», explica Grande.  

El año pasado, la rondalla Cuesta de la Virgen estuvo acompañada de un grupo de gaitas, y este año han decidido probar otra cosa. «En esta edición nos acompaña el grupo madrileño Arrabel, especializados en la música castellana, también usan gaitas, pero en este caso son castellanas, también llamadas dulzainas, además de otros instrumentos», asegura Grande.

La rondalla es un grupo nacido en el año 1968, que sigue en auge y que ha tenido la suerte y la particularidad, según su director, de «mantenerse siempre en la escena». Actualmente, cuenta con 45 miembros de todos los rangos de edad, que han ido pasando de generación en generación y en el que, musicalmente, actúan 30. «Algunos de nuestros fundadores se retiraron hace un tiempo, pero han decidido volver a unirse al grupo, gracias a ellos esto existe», indica Grande. Además, considera que el grupo «está pasando por un buen momento», con una alta cantidad de conciertos y con buena crítica.

Tradición... y evolución.

Renovarse o morir, se dice coloquialmente. La rondalla siempre se ha caracterizado por los tonos musicales aportados por las bandurrias, el laúd o la guitarra española, pero desde hace un tiempo esos sonidos han ido mezclándose con unos más actuales, como pueden ser la guitarra eléctrica, la batería o hasta el ukelele, que normalmente no se asocian a este estilo musical, pero que con los tiempos que corren pueden aportar un aroma fresco. «Nuestro público lleva tiempo demandando un estilo más moderno y hemos decidido mezclar lo que ya teníamos con otros instrumentos. Además, nuestras canciones de siempre se han renovado, aprovechando estos nuevos instrumentos y están saliendo cosas chulas», subraya Jesús Grande.