La desaparición de Jesús Mateo Navalón hace pocos días no la podemos pasar por alto. Mateo Navalón fue un conquense ejemplar, generoso hacia Cuenca, su historia y cultura, de la que hizo gala durante toda su vida. Le hice una entrevista para la revista Contrebia sobre su inmensa biblioteca y su pasión por los libros, que reproducimos ahora, con una breve entradilla.
«Jesús Mateo es un conquense por los cuatro costados que además de ser funcionario de la Consejería de Agricultura, durante más de 20 años ejerció como un servidor público desde el Ayuntamiento de la capital y la Diputación. Mateo Navalón contribuyó con su esfuerzo y tesón a la modernización de la ciudad de Cuenca, con realizaciones y proyectos que han perdurado en el tiempo y en la fisonomía de la capital (Auditorio, Parador de Turismo, iluminación de la Hoz del Huécar, desarrollo de la Fuente del Oro, Ronda Oeste, campus universitario...). Jesús Mateo es un verdadero bibliófilo y por lo tanto devora e interioriza todo libro que cae en sus manos, de forma especial los relacionados con Cuenca y sus historia y cultura. Por ello, hemos hablado con él sobre su biblioteca».
¿Cuántos libros tienes y cómo has ido formando tu biblioteca?
Mi pasión son los libros; a través de ellos nuestro intelecto se hace más ávido en el saber, y esto, indefectiblemente, nos produce felicidad. Mi biblioteca es abundante y su conformación partió de mi padre, que era tipógrafo, y de mi abuelo materno, Genaro, ambos lectores. Ellos abrieron mi camino y justo es recordarlos y darles las gracias.
¿Tienes la biblioteca ordenada? ¿Te cuesta trabajo encontrar un libro cuando lo buscas? ¿Qué autores y temas conquenses te interesan?
La biblioteca no está ordenada en su totalidad, aun cuando queda poco por catalogar. Está compuesta por libros, periódicos (colecciones de El Liberal del siglo XIX, Adelante de la CNT, El Día de Cuenca, Diario de Cuenca, Ofensiva, Gaceta Conquense, revistas y programas de Semana Santa…
De Cuenca me interesan todos los temas: su historia, su cultura, sus personajes, su gastronomía… de ahí que son muchos los autores que he leído: Muñoz y Soliva, Torres Mena, Martín Rizo, Santiago López, Fermín Caballero, Ángel González Palencia, Luis Martínez Kleiser y otros más contemporáneos, que afortunadamente son buenos y muchos: Federico Muelas, González Ruano, Florencio Martínez Ruiz, Pedro de Lorenzo, Enrique Domínguez, Rodrigo de Luz, Luis Calvo, Raúl del Pozo, Jesús Fuero, Manuel Amores, Antonio Rodríguez, Martín Muelas, Miguel Romero, Ernesto Ballesteros, José Luis Muñoz, Manuel Navarro, Antonio Lázaro, Hilario Priego, José Antonio Silva, Julio Calvo Pérez, Pedro Miguel Ibáñez, José María Sánchez Benito, Jesús de las Heras, Alberto Romero, Pedro Sahugar, Dimas Pérez, Rafael Alfaro, Pedro Izquierdo Gismero, Domingo Muelas…
¿Qué libros sobre Cuenca y su provincia destacaría en relación a tu condición de gran conocedor de la historia, la política y la cultura conquenses?
Mi recomendación es extensa, de todos ellos he aprendido. El consultor conquense de Santiago López, Noticias de la Diócesis de Cuenca, Historia de Cuenca de Muñoz y Soliva, Noticias conquenses de Torres Mena, Historia de Cuenca de Martín Rizo, Postales conquenses de Basilio Martínez, Historia de San Julián del Padre Alcázar, El Castillo de Cuenca y sus restos musulmanes de Antonio Almagro Gorbea, Cuenca, personajes más o menos singulares de Salvador Zanón, Vade-mecum del visitante de La Catedral de Cuenca de Jiménez de Aguilar, Marfiles árabes en Cuenca de José Ferrandis, Vida de San Julián del padre Escudero, Regla del Coro y Cabildo de la Santa Iglesia de Alonso López de Soria, Historia de Cuenca de Baltasar Porreño, Viajes por España de Antonio Ponz, Carta pastoral de Miguel Payá Rico, Crónica de la provincia de Cuenca de Pedro Pruneda, La imprenta en Cuenca de Fermín Caballero, Episodio de la Guerra Civil del centro de Germán Torralba, Los sucesos de Cuenca ocurridos en julio de 1874 de Santiago López, Panorama Nacional de Hermenegildo Millares, La Torre de la Queda de Rogelio Sanchiz, La Ciudad Encantada de Juan Jiménez de Aguilar, La Catedral de Cuenca, Monumento Nacional. Hundimiento Torre de Giraldo.
Estos son una pequeña muestra de lo que hay que leer. Los demás que son muchísimos, vienen por añadidura y, muchos de sus autores conviven con nosotros. Pequeña ciudad de González Ruano; Vivencias y Confidencias y Barrio Alto, de Enrique Domínguez Millán; Relicario de Cuenca de Pedro de Lorenzo; 50 años y un día de la Semana Santa de Cuenca de Luis Calvo; Fray Luis de León. Poesía Original de Hilario Priego y José Antonio Silva; Juan de Valdés y la fuerza de la contradicción de Julio Calvo Pérez; Los Gómez, dinastía de pintores del Renacimiento y La Iglesia de la Virgen de la Luz de Pedro Miguel Ibáñez; Don Cruz Laplana de Domingo Muelas; Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y El Misterio de la Catedral de Cuenca de Rodrigo de Luz; Libro negro de la marginación de Cuenca de la Plataforma por Cuenca; Juan Alcaide en sus raíces y Cuenca y los enconquensados de Florencio Martínez Ruiz; El Díptico Relicario de Cuenca y la Tabla de Meteora de Grecia de Anastasio Martínez Sáez; Paz de Borbón. Infanta de Villa Paz. Impresiones y emociones de una vida en el compás de Cuenca de Mariví Cavero Sierrra; Uclés: cabecera de la Orden de Santiago de Dimas Pérez Ramírez; Gaspar de la Huerta: Pintor en la casa de los Borja; Los cuadernos del Hocino de la Fundación Antonio Pérez; Apuntes de Alarcón de Rafael Alfaro; La Catedral de Cuenca de Gema Palomo; El Escardillo de Alberto Romero; Desovillando de Pedro Saugar; Cuenca, ciudad torturada de Manuel Amores; Bibliografía de San Julián de Pedro Izquierdo Gismero; La Orden de Santiago de Jesús de las Heras; Cuenca en el Recuerdo de Antonio Rodríguez; y todos los libros de nuestras hermandades de Semana Santa.
¿Qué obras y autores te han marcado más?
En cuanto a las obras que me han impactado son muchas, seleccionando puedo decir: La Ortodoxia de G.K. Chesterton; La muerte, un amanecer de la doctora Elizabeth Kubler-Ros; La Muerte, plenitud de vida. Diálogo con el Padre Olivar de Joan Terrasa; El último cuaderno de José Saramago; El fundamentalismo democrático de Gustavo Bueno; Los Enemigos del Comercio de Antonio Escohotado; Yo fui masón de Maurice Caillet; El retorno de los Césares de José Manuel Otero Novas; Jesús de Nazaret de Joseph Razinger; Teología del más allá de Cándido Pozo; La lógica del don de Francesc Torralba; Prognosticón (Prognosticón AB Stellarum Signos de Carlos J. Larraínzar; Nadando contra corriente de Fabrice Hadjadj; El tratado de los gobiernos civiles de John Locke; El contrato social de Rousseau; Los Campos de la Muerte de Hannah Arendt; El Capital de Marx; La República de Platón; El Príncipe de Maquiavelo; Las Meditaciones del Quijote de Ortega y Gasset; Los recursos de la astucia de Pío Baroja; Dios existe de Miguel Pedrero; La ciudad de Dios y Confesiones de San Agustín.
¿Qué libros importantes o consagrados no has sido capaz de terminar de leer?
Todos los libros que he iniciado los he terminado. Cualquier libro te enseña algo.
¿Cómo te orientas a la hora de escoger tus lecturas?, ¿Sigues los suplementos de los diarios?, ¿Te dejas aconsejar por libreros o amigos?
Mis aficiones oscilan entre filosofía, teología, historia, economía… A veces el libro lo adquiero por recomendaciones de amigos y lectores y otras por intuición de temas que te interesan y gustan.
¿Prestas libros, te los prestan?, ¿cuántos libros no te han devuelto?
No acostumbro a prestar libros, a veces lo hago y siempre me los han devuelto.
¿Nunca has tenido tentaciones literarias?
Mis tentaciones literarias han sido nulas, aunque nunca es tarde. Siempre recuerdo las recomendaciones de la familia: «Zapatero a tus zapatos».
¿Qué has leído últimamente?
Estoy terminando de leer Los Caballeros del Temple de Cruz Martínez Esteruelas y a Séneca.