Para Vero Boquete (Santiago de Compostela, 1987) todavía queda mucho camino por recorrer. Se han hecho cambios y hay que darles tiempo, pero, a pocos días de que se cumplan dos meses desde que se desatara el 'caso Rubiales' tras el beso a Jenni Hermoso, la futbolista insiste en que «el problema está en la raíz y sigue ahí». 

¿Siente presión por haberse convertido en un altavoz de la selección española?

No. Siempre he intentado ser muy clara. Las protagonistas son otras, yo solo me he sumado a esa causa y he hecho públicas mis opiniones. 

¿Le parecen suficientes los cambios realizados?

El problema está en la raíz y sigue ahí. En las últimas semanas se han hecho cambios necesarios, y los más inmediatos sí se han dado, pero debemos dar un margen para ver si hay la intención y la voluntad de ir un poco más a lo profundo y de solucionar cosas para el futuro.

Ya expresó sus dudas con Vilda, ¿cómo valora la llegada de Montse Tomé?

Es diferente. Las dudas que surgieron con ella fueron en base a si había meritocracia o no. No se duda de su capacidad, pero quizá verla en la asamblea aplaudiendo o el forzar a ir a ciertas jugadoras ha dañado la confianza del grupo en ella. Veremos también las decisiones de quien asuma el control de la RFEF.

Patri Guijarro y Mapi León siguen fuera, ¿qué cree que pasará con ellas?

Su situación es muy distinta. se han perdido un Mundial, aunque para mí son campeonas del mundo. No puede ser que eso se olvide de un día para otro y que se pretenda que esas futbolistas, además de convocarlas obligatoriamente, lleguen a un acuerdo y olviden todo lo que han pasado. Será un proceso más largo con ellas, pero son conscientes de que se están haciendo cambios y todo va en el buen camino. Espero que vuelvan pronto. 

¿Cuáles piensa que son los pasos a seguir ahora?

Depurar responsabilidades, dar un cambio de imagen y de gente al frente. Poner a un director/a deportivo/a, director técnico que cree un proyecto y una estrategia, que contrate a la gente de manera profesional y que le dé el futuro que merece al fútbol femenino.

Si hablamos fuera del fútbol femenino, en general, entramos en un problema más profundo. La Ley del Deporte se debería de modificar. La problemática que hay en la RFEF también la hay en más federaciones, no solo en el deporte. Hay un problema cultural, de raíz, de machismo, que tenemos que mirar como sociedad.