Tras el parón del verano, el Ministerio de Trabajo y Economía Social retomaba esta semana las negociaciones con los agentes sociales –CEOE Cepyme, CCOO y UGT– para encontrar un punto de encuentro en torno a su propuesta de reducir la jornada laboral sin merma salarial hasta las 37,5 horas semanales en dos años. En concreto, llegar a las 38,5 en la segunda mitad del presente ejercicio y alcanzar las 37,5 a lo largo del próximo 2025, aprovechando, según el ministerio de Yolanda Díaz, que en estos dos años perderán la vigencia muchos de los convenios sectoriales.
Una propuesta ministerial para acabar con la jornada de 40 horas semanales, tras más de cuatro décadas de implantación con el Estatuto de los Trabajadores, que se está encontrando con la negativa de la patronal, que no la ve con buenos ojos.
Aun así, Díaz no ceja en su empeño y está haciendo todo lo posible para implantar en un primer tramo las 38,5 horas semanales, que supondrían una jornada anual de 1.758 horas, y en un segundo reducir hasta las 37,5, que al año sumarían 1.712.
- Foto: Elaboración propia.Convenios. Cifras que, aunque a priori puedan antojarse bastante alejadas de la realidad de la negociación colectiva en la provincia de Cuenca, no lo están tanto en algunos casos, aunque sí en otros.
De hecho, la docena de convenios provinciales actualmente en vigor regulan una jornada anual media de 1.775 horas, algo más de 63 por encima de las pretendidas 1.712 de la jornada de 37,5, o lo que es lo mismo se trabaja ahora ocho días más.
Si bien, esto va por barrios o, mejor dicho, por sectores, puesto que tanto el convenio provincial de construcción como el de limpieza de edificios y locales contemplan ya 1.736 horas anuales de trabajo, a tan solo 24 horas (3,2 días) de alcanzar el objetivo final del Ministerio e, incluso, se sitúan por debajo ya del primer tramo de reducción de jornada a 38,5 horas (1.758 horas/año).
- Foto: Elaboración propia.En el polo opuesto, se sitúan sectores tan importantes en el tejido empresarial conquense, como hostelería (6.000 trabajadores), comercio (4.500) y transporte de mercancías por carretera (4.500), que junto a panaderías (200), tienen fijadas 1.800 horas anuales, 88 más por encima de la jornada anual perseguida, que equivalen a trabajar casi 12 días más.
Visión sindical. La secretaria provincial de CCOO Cuenca, María José Mesas, sin embargo, pone el acento en que todos los convenios provinciales regulan jornadas semanales por debajo de las 40 horas, por lo que dice no entender el «alarmismo» y la «inmensa preocupación» manifestada por la patronal ante esta rebaja de jornada. El problema, a su juicio, es la «considerable» parte de sectores y trabajadores de la provincia que no están acogidos a la negociación colectiva.
Para Mesas, no se trata tanto de la reducción de jornada, aunque reconozca que sea el momento de abordarla, sino mas bien de «cómo se distribuya la jornada, de forma que los trabajadores puedan conciliar y llevar una vida laboral y familiar adaptada», lo que, a su juicio, repercutirá en una mejor calidad del empleo, más puestos de trabajo y menos absentismo. En definitiva, se trata de una «cuestión de eficiencia económica, social y laboral».
Por ello, tanto CCOO como UGT han concertado un calendario de movilizaciones en favor de esta reducción de jornada laboral, que han iniciado con una campaña de difusión en redes sociales, desde el pasado 2 de septiembre y hasta hoy, y que tendrá su primera cita el próximo 26 de septiembre, a las 11,30 horas, con una concentración frente a la sede de CEOE Cepyme Cuenca, al igual que en el resto de capitales de provincial del país.
Patronal. CEOE Cepyme Cuenca respalda el trabajo y postura de su organización nacional en esta negociación en torno a la pretendida reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales del Ministerio de Yolanda Díaz. Una propuesta que, a su juicio, «ahonda en el intervencionismo de las relaciones laborales y el desprecio de la negociación colectiva».
La patronal conquense, al igual que su dirección nacional, se muestra crítica con la pretensión de que el SEPE se convierta en asesor de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) para esta reducción de jornada, cuando «no ha sido efectivo en la reinserción de desempleados, no encontrando ubicación al 3% de los parados en el mercado laboral, mientras existen despachos, consultoras y empresas cualificadas para ellos».
En relación al plan de ayuda a las pymes puesto sobre la mesa, lo tachan de «absolutamente impreciso», puesto que «en sí mismo implica el reconocimiento de que sus continuos anuncios están frenando la creación de empleo».
Creen, por último, que esta reducción afectará especialmente a las pymes y será complicado abordarla en aquellas empresas con mano de obra intensiva.