Dedicada a su pasión

Juanjo del Toro
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María Huélamo lleva gran parte de su vida centrada en la música hasta el punto de poder dedicarse hoy en día a «lo que más ama»

María Huélamo en Mallorca, donde reside desde hace cinco años. - Foto: M.H.

Perseguir tus sueños y poder decir con satisfacción que los has conseguido, suena fácil pero es muy arriesgado. María Huélamo decidió arriesgarse y puede exponer con orgullo toda su trayectoria durante estos años. Unos años marcados, como lo ha estado prácticamente toda su vida, por su fiel compañero, el violín.

Esta joven cuenta que ya apuntaba maneras desde pequeña cuando con ocho años empezó, como muchos otros jóvenes de Tarancón, en la escuela municipal de música, donde estuvo hasta los 14 años.

A partir de ese momento se formó en el conservatorio de la capital conquense para luego irse con 20 años a estudiar al Conservatorio Superior de Sevilla. Desde hace cinco, la joven taranconera reside en Mallorca. «Es un camino de mucho sacrificio, disciplina y cambio, pero también es muy bonito y se conoce a mucha gente», destaca María, que dejó la carrera de Derecho para poder dedicar su tiempo íntegramente a la música.

«El conservatorio en Cuenca me enganchó», confiesa la artista que a la vez señala que al principio «todo eran impedimentos» pero que la idea se le había metido en la cabeza. «Tuve un sentimiento muy fuerte cuando toqué por primera vez con Pedro Pablo, la sensación de formar parte de algo tan bonito, de que tu violín forme parte de algo tan precioso es indescriptible», y es que señala a la música como una de las circunstancias que hicieron que tomase el camino que hoy le brinda tantos éxitos.

Alemania, China o Inglaterra son solo algunos de los rincones del mundo donde María Huélamo tiene el lujo de decir que ha podido actuar y llevar consigo la pasión por el violín. «He ido poco a poco, un  poco viendo sobre la marcha», confiesa la violinista, que aconseja que «cuando le dedicas toda tu vida a algo al final parece que ella te recompensa y te pone las situaciones propicias; al principio eres más joven, te lo tomas como una aventura, pero al final ahí se va creando una red de contactos que te afianza en este mundillo».

Actualmente está centrada en la realización de bodas y eventos, a la vez que lo compagina con impartir clases a otros jóvenes en la isla. «Al final tu siempre que empiezas un proyectos es como cuando plantas una semilla, esperas poder ver sus frutos», señala la taranconera que recalca sentirse una «privilegiada» por poder dedicarse a un profesión «tan bonita» como ésta.

Transformar el estilo.  La joven confiesa que uno de los lugares donde más veces ha tocado es en la calle, concretamente recuerda esos instantes en la Giralda de Sevilla, que tilda como los de «más satisfacción» que jamás ha sentido. «Aparecía gente de la calle emocionada por lo que estaba haciendo, el arte está para compartirlo y eso es precioso», apunta María de un instrumento y un género musical que parece haber estado durante mucho tiempo excluido a un sector elitista de la sociedad pero que durante estos últimos años ha conseguido adaptarse y transformarse a los nuevos tiempos. 

«La evolución del instrumento hace que se pueda sacar de su contexto y llevarlo a otros estilos de música, y a mí eso me motiva mucho y me llama la atención, poder intervenir con mi técnica pero en algo más evolucionado», señala la joven que afirma experimentar con variaciones del violín como puede ser su versión eléctrica o la «buena acogida» de su música en las redes sociales. 

«Me parece muy interesante y estimulante, pues es un estilo en el que yo no me he formado», recalca la taranconera, que cuenta cómo ha sido con esta variación del instrumento con la que tocó en un sitio «impensable hace años» como son las carpas de las fiestas patronales. «Durante las fiestas de este año tuve la oportunidad de tocar con el violín eléctrico en una de las carpas y la recepción fue increíble y la gente disfrutó», afirma la protagonista que siente el «apoyo y recepción» de su pueblo siempre que vuelve.

«Mucha gente piensa que este tipo de situaciones se dan por suerte pero no, si bien es cierto que algo depende el estar en el sitio y momento adecuado, pero hay un trabajo por detrás muy arduo y cualquier músico me puede entender», afirma tras varios años de profesión. María, todavía sorprendida por todas las cosas que le han pasado durante este tiempo, señala como pilar la «positividad» para poder sacar adelante todo lo que cualquiera se pueda proponer.