La presencia de un estand de Vox en el recorrido de la manifestación del Día Internacional de la Mujer por las calles de la capital conquense ha desatado un duro enfrentamiento entre el Bloque Crítico 8-M y la formación conservadora, así como un intenso cruce de acusaciones.
El colectivo feminista, además de tildar de «irresponsable e inadmisible» la autorización de una carpa de Vox en el recorrido de la manifestación del 8-M, asegura que dicha presencia «no responde a un interés genuino por los derechos de las mujeres, sino a una estrategia clara de provocación». Algo que Vox niega rotundamente en un comunicado y aclara que solicitaron dicha instalación con antelación —concretamente, el 12 de febrero— y recalca que «fueron las convocantes de la manifestación quienes la cambiaron a la mañana para no coincidir con el desfile de Carnaval».
De ahí que la formación política niegue cualquier intencionalidad e, incluso, denuncien las agresiones sufridas por sus voluntarios. Y es que, según el comunicado, «los que fueron agredidos, puestos en peligro y vivieron una situación de inseguridad fueron las personas que se encontraban en el estand, a los que se les insultó llamándoles fascistas, escoria, basura,… Se les agredió con gestos, escupitajos, zarandeos e, incluso, una activista le realizó tocamientos obscenos a uno de los voluntarios».
Y, de hecho, la formación política va más allá y asevera que «Vox no provocó en ningún momento, ni respondió a las provocaciones y ataques violentos», por lo que, a su juicio, «queda patente y demostrado dónde está el verdadero fascismo, que intenta anular al adversario, negándoles hasta el derecho a manifestarse».
El Bloque Crítico 8-M asegura que se trata de un hecho «gravísimo, inconcebible e inaceptable, que, por razones obvias, no ha tenido lugar en ninguna otra localidad de la Comunidad de Castilla La Mancha», de ahí que insistan que esa presencia «no es un error, ni una casualidad, sino complicidad».
En contra de las acusaciones del colectivo feminista al Ayuntamiento por la autorización de la citada carpa, Vox, sin embargo, entiende que desde el Consistorio «creyeron, erróneamente como se ha demostrado, que daban permiso a dos grupos con distintas ideas, pero que sabrían respetar al adversario en una normal convivencia democrática».
Pero, tal y como concluye la formación política, «uno de los grupos, y no fue Vox, demostró que eso no era así».