El Museo Arqueológico de Cuenca tiene previsto inaugurar este viernes, 21 de marzo, la nueva vitrina de arte rupestre levantino con dos piezas procedentes de La Rambla de la Huerta de Mateo II, procedentes de Minglanilla. Se trata de bloques decorados con pigmentos minerales por cazadores recolectores nómadas que utilizaron repetidamente el abrigo en las fases finales del Paleolítico Superior y los inicios del Mesolítico.
Son pinturas rupestres de estilo levantino en colores rojo y blanco, algunas de ellas muy visibles. Estos restos de pinturas rupestres son excepcionales por su conservación, su composición y por poder ser mostrados en la sala de un museo.
La exposición, que ya ha sido anunciada a través de sus redes sociales, supone un hito que puede calificarse como histórico. Miguel Contreras, director del Museo, apunta que se trata de un hecho de «importancia fundamental que pone al Museo de Cuenca en el mapa, ya que es de los pocos museos en España y en Europa en el que se puede ver arte rupestre original, ya que habitualmente está en las paredes de las cuevas».
Proceso. La exposición al público culmina un proceso que comenzó hace unos años con su descubrimiento y ha continuado con las tareas de investigación llevadas a cabo por la UCLM y la Universidad de Alicante con la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Fue en 2022 cuando se descubrieron dos bloques caídos de su posición original en la pared rocosa y conservados en la estratigrafía arqueológica en un abrigo de Minglanilla, situado en el interior del Espacio Natural Protegido de las Hoces del Cabriel.
Contreras ha destacado la importancia de las condiciones ambientales para garantizar la óptima conservación de piezas tan relevantes y excepcionales. «La iluminación está muy cuidada y hemos instalado un sistema de última generación para que la exposición sea óptima. Quizás sea la iluminación más delicada que la temperatura aunque esta también se ha cuidado al máximo para que sea estable en un rango determinado».
Juan Francisco Ruiz, arqueólogo de la UCLM y director de la excavación, ha expresado su satisfacción por este nuevo paso. «La valoración es muy positiva porque supone cerrar un ciclo. Empezamos en el año 2022 con el descubrimiento de las pinturas, luego fue la investigación y ahora lo retornamos a la sociedad para que podamos disfrutar y valorar nuestro patrimonio», destaca.