Un 'hobby' de época

Álvaro Fernández
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Ana Palacios decidió plasmar su pasión por la historia de España en figuras de Playmobil, y es una pionera en esta entrañable afición

Ana Palacios cuenta en su haber con miles de piezas de Playmobil entre figuras y escenas, entre ellas, alrededor de 40 personajes de toda la historia de España, desde la época de los Reyes Católicos hasta ahora. - Foto: A.F.

El coleccionismo, en su forma más pura, es un ejercicio de pasión y paciencia. Quien se dedica a reunir objetos no solo lo hace por la simple acumulación, sino por la profunda necesidad de entender y conectar con lo que esos objetos representan. Cada pieza, por pequeña que sea, forma parte de un todo que cobra significado a través del tiempo. En el caso de los Playmobil, no solo se coleccionan figuritas de plástico, sino fragmentos de historias que cobran vida, que permiten al coleccionista revivir, reconstruir y, a su manera, reinterpretar el pasado y compartirlo.

Ana Palacios, afincada en Tarancón desde hace casi 25 años, es la prueba viviente de cómo una pasión puede traspasar las barreras del tiempo y el espacio. Su fascinación por la historia de España, y en particular por la realeza, la llevó a emprender un proyecto único hasta el momento, como es crear una colección completa de los monarcas españoles a través de figuras de Playmobil. «Desde los Reyes Católicos hasta los Borbones actuales, he querido que todos estuvieran representados con la mayor fidelidad posible a las pinturas del Museo del Prado», explica Ana, mientras se detiene a detallar la precisión con la que ha recreado los vestidos, los detalles de los retratos y las poses de cada uno de ellos.

Lo sorprendente de su colección, sin embargo, no es solo la amplitud de la misma, sino el hecho de que cada figura ha sido conseguida con piezas originales de Playmobil. «No he pintado ni modificado ninguna pieza», asegura. 

Cada uno de los monarcas está hecho con piezas auténticas, que ha ido buscando en ferias, mercados y sitios de coleccionista. Y es que, en su caso, lo importante no es solo la representación, sino el proceso de búsqueda. «A veces me ha tocado hacer malabares con las piezas, como los velos de las reinas o algunos sombreros, que no existen tal cual, pero con algo de imaginación y alguna pieza reciclada, lo consigues», explica.

La realeza española de los últimos siglos está presente en su colección, pero Ana se siente particularmente conectada con ciertos monarcas. «Carlos I y Juana I de Castilla me fascinan, uno por su poder y su influencia en Europa, y otra por el sufrimiento que vivió a lo largo de su vida», subraya. Además, Palacios hace una breve mención al municipio, gracias a María Cristina de Borbón. «Fue una figura clave en la historia de la monarquía española, y también está muy unida a Tarancón por su matrimonio con Agustín Muñoz, el duque de Riánsares». Aunque éste aún esté ausente dentro de la colección, no descarta que próximamente forme parte de ella: «Pronto me gustaría rendirle un homenaje particular en mi colección».  

La dedicación de Ana a este proyecto va más allá del simple montaje de figuras ya que, para ella, cada pieza cuenta una historia, cada combinación de colores, cada accesorio está ahí porque ha sido cuidadosamente investigado. «Es un hobby caro, pero la satisfacción de encontrar una pieza que falta es enorme». Además, su amor por la historia la lleva a investigar no solo sobre los monarcas, sino también sobre los contextos históricos en los que vivieron, y esto se refleja en la precisión con la que monta las figuras. «He viajado por España y fuera, buscando archivos históricos, para saber cómo vestían, cómo se comportaban y cómo quería representarlos», explica.

Un belén gigante

Ana no solo es conocida por su amor por los Playmobil. En su pueblo, Albaladejo del Cuende, es concejala de Festejos y responsable de uno de los belenes más impresionantes de la comarca, que monta cada Navidad. «Empecé con un belén pequeño, pero pronto me quedé sin espacio. Este año he montado uno de 20 metros, con escenas de Roma, Egipto, Grecia y el propio Belén, todo hecho con Playmobil», cuenta.

Lo curioso es que Ana nunca ha buscado fama ni reconocimiento. Su colección y su belén son proyectos personales, una forma de vivir la historia de una manera única y  emocional. «Nunca vendería mis piezas, porque esto es para mí, y no hay precio que lo valore», asegura, aunque lo que es evidente es que ha conseguido captar el espíritu de una época y compartirlo de una manera de lo más entrañable.