Un enclave mítico de la gastronomía conquense, el restaurante San Nicolás, en pleno Casco Antiguo, reabre sus puertas de la mano de uno de los primeros 'espadas' del sector en esta materia. Nacho Villanueva, gerente del Recreo Peral, asume la gestión de este remodelado establecimiento, y es que sin perder su esencia ni su alma, regresa a la primera línea de batalla convertido en asador y tras una pequeña pero necesaria reforma. Ubicado en el número 15 de la calle San Pedro, abre sus puertas con un aforo para 80 comensales, a los que hay que añadir en torno a otro medio centenar que se pueden ubicar en la terraza de la plaza durante los meses de buena temperatura.
Villanueva defiende que el sitio es el «ideal» para erigir un asador, conjugado además con una carta que supone una «transición o un paso intermedio» entre los productos estrella de la nave nodriza, el Recreo Peral, y el nuevo San Nicolás. Sin olvidar, claro está, los productos más típicos de la gastronomía conquense, pues «el lugar en el que está ubicado nos invita a pensar mucho en la gran cantidad de turistas que visitan la ciudad».
La mejor definición, seguramente, es la que pone sobre la mesa la simbiosis perfecta entre tradición y vanguardia, siempre con la calidad del producto y la más esmerada elaboración como banderas innegociables. El nuevo asador es además un escenario «único», tal y como explica su gerente, con especial importancia a las «espectaculares vidrieras, que salieron de las mismas manos que elaboraron las de la Catedral».
La esencia del enclave, con su piedra vista, permanece inalterable. Así todo, el Asador San Nicolás se convierte desde ya en un referente absoluto para saborear el mejor cordero y el mejor cochinillo como puntas de lanza de una notable carta.