«El pan es saludable, ayuda a hacer la digestión y es cultura»

José Luis Enríquez
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La gerente del Horno de Tevar representa a la cuarta generación de una dinastía de panaderos y acaba de recibir el premio a la Trayectoria Empresarial de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cuenca

Laura Tevar en uno de los despachos de pan - Foto: E. Leon

Hace 134 años que abrió sus puertas un negocio familiar que hoy está en manos de Laura Tevar y de su hermana. Representan la cuarta generación familiar de una saga de panaderos de Cuenca que ha sido capaz de abrirse camino pese a las adversidades. Laura Tevar es la continuadora de esta dinastía desde que en 2014 asumió las riendas del negocio. Creció en el obrador y desde muy pequeña su futuro se forjó en torno al pan. 

El camino no ha sido fácil, pero ha demostrado una enorme capacidad para mantener y expandir la empresa. La recompensa es el Premio a la Trayectoria Empresarial por parte de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cuenca (AMEP). Es el reconocimiento al buen trabajo y a la pasión por una profesión que se enfrenta a problemas como el aumento de costes, la falta de relevo generacional o la presión de la producción industrial. Sin embargo, Tevar sigue fiel a los principios que le inculcaron y está al frente de una empresa con una docena de trabajadores, que cuenta con dos despachos de pan y un obrador.

Horno de Tevar elabora una veintena de panes diferentes, con distintos tipos de harina, pero siempre con la calidad por bandera. Y eso, sin olvidar las tortas de manteca, toda una seña de identidad de la casa.

¿Qué significa que AMEP reconozca su trayectoria profesional?

Es un premio que me hace mucha ilusión. Me siento súper honrada y orgullosa de que hayan pensado en mí para este premio con las grandes empresarias que hay en la provincia. Tanto Marta Peñuelas, como todas las que están en la directiva son unas mujeres increíbles. Son incansables, quieren llegar a toda la provincia, ayudar a todas las mujeres que pueden. Está muy bien.

¿Eres un ejemplo de que los techos de cristal se rompen?

Vengo de una empresa familiar y siempre hemos trabajado todos los miembros de la familia. Es verdad que tradicionalmente mi abuela y mi bisabuela, trabajaban mano a mano con los hombres y que no tenían el mismo reconocimiento que ellos. Yo soy ya de la cuarta generación de esta familia, llevo junto a mi hermana las riendas del Horno de Tevar, y que te den un premio como este es una manera de poner en valor a las mujeres de mi familia y a las mujeres que ahora dirigimos empresas. Por eso, creo que estos premios son muy necesarios. 

¿Cuál crees que es su aportación como mujer empresaria?

Adoptar una narración más equitativa y que se reconozca el valor de hombres y mujeres por igual lo veo muy importante. Estos premios, ya en su segunda edición, y la consolidación de los mismos, me parece n importantes. Como mujer, normalizar que podamos estar al frente de una empresa porque, a lo mejor, antiguamente podía chocar más. Es importante que ahora ni mi hijo ni ningún niño vean raro que una mujer dirija una empresa, que no sea la norma que un hombre sea quien tiene que encabezar el negocio. Por eso, considero que es muy importante que esto se pueda normalizar.

Tenéis dos locales y un obrador. ¿Qué planes de futuro hay?

Lo primero es afianzarnos en la zona nueva en la que estamos. Por suerte, son 134 años de historia los que avalan nuestro recorrido y la gente nos conoce. Queremos seguir con nuestra filosofía de calidad, servicio, el buen trabajo y la relación con los proveedores, así como con el compromiso con los clientes. Siempre que se hace un despacho en una zona nueva necesitas un rodaje y un aprendizaje, aunque ya tengas la experiencia. Por eso, lo primero pasa por afianzar nuestro nuevo despacho. Luego ya veremos. No sé si abriremos algún nuevo despacho en otra zona. Desde luego que también nos gusta mucho trabajar con la hostelería, que es un desafío, y siempre tenemos que estar sacando productos nuevos.

Esta empresa familiar comenzó en 1890 a elaborar pan. ¿Tal vez por esa vinculación emocional, como heredera de una tradición panadera siente más responsabilidad?

Sí, creo que sí. La verdad es que para mí la casa y el trabajo son una sola cosa. Son indivisibles. A nivel personal es difícil de asumir. Cuesta mucho saber donde termina el momento familiar y donde empieza el trabajo porque las líneas se funden. Es complicado, pero a la vez le pongo mucho corazón al trabajo que hago y el cliente lo nota.

En 2014 tomaste las riendas del Horno de Tevar. ¿Cuáles han sido las mayores dificultades?

Empecé a dirigir el negocio cuando falleció mi padre y fueron unas circunstancias muy especiales. Coger las riendas de un negocio así, aunque llevara ya un tiempo trabajando en él, y hacerse cargo del mismo de un día para otro, sin tener un periodo de adaptación más largo, fue un verdadero desafío. Pero como no éramos ajenas al negocio, llevábamos toda la vida trabajando y viendo trabajar a nuestra familia pudo ser más natural que si no hubiéramos tenido ese contacto con la empresa. Coger las riendas de un día para otro, tan de repente, fue todo un desafío al principio.

¿Cuándo supiste que su vida iba a girar en torno a la harina, el agua y la levadura?

De pequeña decía 'quiero ser periodista y panadera, quiero ser médico y panadera'... Iban pasando por mi cabeza muchas profesiones, pero siempre panadera. Era lo que vivía, lo que disfrutaba y yo quería ser eso. Al ir creciendo y ver que es una profesión que te gusta y que te llena, ya  empiezas a formarte en esa dirección. Desde pequeña ha sido mi mundo y ha sido algo muy natural.

¿Cómo ha afectado la inflación y la subida de costes de los materiales? ¿Ha sido duro?

Sí. Ha sido duro, supongo que para todas las empresas en general, y para el mundo de la panadería, que es el mundo que yo conozco, ha sido muy complicado. Que hayan subido tanto las materias primas y todos los suministros complican mucho las cosas porque se van reduciendo los márgenes, que no lo puedes repercutir todo en el precio. 

Además, también afecta a la forma de trabajo que tenemos, que es artesana. No la queremos cambiar. Y claro, todo eso ha hecho que fueran unos años complicados, a los que se suma también la falta de relevo generacional en este tipo de profesiones.

¿Falta gente que se quiera dedicar a la panadería porque es muy un trabajo muy exigente?

Es un trabajo al que hay que dedicarle tiempo, hay que formarse. Es muy bonito, pero exige mucha dedicación. Me gustaría que la profesión de panadero no se perdiese pero no tiene el relevo generacional que debería y eso nos preocupa bastante.

¿Temes, de verdad, que se pierdan las panaderías de toda la vida?

Es algo de lo que los panaderos tradicionales hablamos mucho. Hay muchos puntos de venta de pan que no es artesano y las panaderías tradicionales tenemos que cumplir con unas exigencias para garantizar la calidad. No nos queremos comparar con otro tipo de negocios que venden pan, pero es un momento complicado para el sector.

Y además, una pandemia... No cerrasteis y seguisteis trabajando en aquel difícil periodo. Estarás muy orgullosa de tu labor y del de todas las personas que trabajan en la empresa…

Sí. Todas las personas que forman parte de Horno de Tevar estuvimos trabajando porque éramos servicio de productos de primera necesidad. Echamos en falta al sector de la hostelería, que lo pasó muy mal, pero con los clientes de siempre y los vecinos notamos mucho el agradecimiento y la cercanía. Fue difícil, sobre todo al principio, porque nadie sabía lo que estaba pasando y nadie te daba unas directrices claras de lo que había que hacer. Había que improvisar y pensar qué podía ser lo mejor. 

¿Se ha logrado al menos estabilizar el consumo de pan?

La tendencia de consumo de pan en los últimos años ha sido a la baja. Si se estabiliza es una buena noticia.

¿Hay mayor demanda de productos de bollería?

Hay ciertos productos que se ponen en tendencia algunas temporadas. Por ejemplo, ha habido años con diferentes tipos de cruasanes, que la gente los demandaba más, y se han sacado con nuevos formatos, nuevos sabores, coincidiendo un poco con la demanda de los clientes. En cuanto a la bollería tradicional, nuestras tortas de manteca, que las hacemos de siempre con una receta que va pasando de generación en generación, son una seña de identidad de la casa y es de lo más vendido. También las magdalenas y las galletas es lo que más se vende. Además, a la gente le gusta probar cosas nuevas. Tienes que combinar lo tradicional con cosas diferentes, pero lo que se va probando de vez en cuando no suele quedarse para siempre. 

Para garantizar la calidad del pan la harina es un elemento fundamental. ¿Con el incremento de precio se tiende a elaborar pan con harina de peor calidad?

Nosotros trabajamos con proveedores locales y miramos mucho la calidad de las harinas. Es verdad que el precio ha subido mucho, entre otras cosas por la sequía. Cada vez cuesta más encontrar un buen trigo y, además, ese buen trigo hay que pagarlo. Seguir con nuestros proveedores, dar un buen producto y controlar la subida de precios es complicado, pero es lo que queremos hacer. La tendencia también es que se elabora más pan con harinas integrales, con centeno, espelta… Son otras variedades de cereales que ahora demanda más gente y que le gusta probar. Son panes diferentes y digestivos.

El consumo de pan está rodeado de tantos falsos mitos... Que si engorda, que si la miga engorda más y la corteza no, que si hay trigos que producen problemas digestivos, etc. ¿Qué te parece?

Un buen pan con unos buenos ingredientes y una buena elaboración, que es de lo más importante, es la base de la alimentación. Tiene un valor nutricional fabuloso. El pan ayuda a hacer la digestión, pero hay que saber lo que estás comiendo. Un pan con ingredientes de calidad, una buena masa madre y con los tiempos adecuados de fermentar, amasar y cocción es muy bueno. El nuestro tarda más de 24 horas en hacerse. No es lo mismo eso que un pan más industrial, con mucha levadura química para que los procesos se acorten, que está en dos horas. No tiene todos los beneficios de una buena elaboración. Un pan natural, desde luego, que es beneficioso.

Dame una razón por la que el pan no debe faltar en la mesa y en nuestra alimentación cada día…

El pan es saludable, ayuda a hacer la digestión y es cultura. El consumo de pan e inculcarle a las nuevas generaciones el consumo de pan me parece que es algo importante.

¿Sabemos lo que comemos?

La tendencia de mirar los ingredientes y los procesos en todo lo que comemos me parece fenomenal. Es algo que antes no se hacía. La gente no sabía ni los ingredientes de las cosas que comía ni los procesos por los que pasan los alimentos para su elaboración.

¿Notas en los despachos de pan que los clientes se interesan más por el tipo de harina o cómo se elabora?

Sí. Muchísimo. Les explicamos cómo elaboramos nuestros productos, también lo publicamos en las redes sociales. Y sí, la gente pregunta muchísimo. Por ejemplo, según lo que vaya a comer, preguntan qué tipo de pan conviene. El trato con los clientes y su interés por el producto es algo fantástico.