Mi abuelo materno fue médico en la Alta Extremadura y su despacho siempre estuvo decorado con las láminas que editaban los laboratorios Roche en los años cincuenta y que se entregaban a los médicos de la España rural, con publicidad en la parte posterior con los medicamentos del Laboratorio Roche, situados Madrid.
Entre ellos, había dos láminas enmarcadas que mi abuelo tenía en su despacho y que siempre me llamaron la atención poderosamente, al ser mi padre y mis otros abuelos conquenses. Las láminas eran Cuenca, Casas Colgadas, Rincones de España, Roche Farmacia y Cuenca Torre de Mangana que el pintor polaco Tadeusz Wojnarski dibujó y pintó en 1950 y que posteriormente editó la reconocida farmacéutica Roche… Las láminas eran acuarelas impresas, con fecha y firma del artista, que tenían un tamaño de 23 cm x 16 cm.
El pintor polaco Wojnarski, que nació en Varsovia en 1922, sufrió como todos sus compatriotas la lacerante y guerrera historia de sus país que asoló su solar patrio y sus vidas. Deportado en su infancia e incorporado al ejército polaco de oriente, llegó a luchar en la Legión del general Anders en la campaña de Italia.
En la monumental y hermosa Italia sintió con claridad su vocación artística, y por avatares de su azarosa existencia, llegó a España para estudiar arquitectura. El artista polaco, que llegó a dominar perfectamente el idioma español, cuenta en una entrevista a vuelapluma, que vino a nuestra nación invitado por la organización católica (O.C.A.U.) para pintar las ciudades y paisajes de España. Su idea era estudiar arquitectura para tener un futuro sólido en cuanto a formación y laboralmente hablando.
En 1947 expone por primera vez en Madrid (Museo de Arte Moderno) dibujos y apuntes de sus viajes italianos y madrileños, siendo muy valorada su obra por la crítica del momento que destacó las innatas cualidades artísticas de polaco, que seguramente debido a sus experiencias vitales y guerreras cayó en un cierto pesimismo vital que le llevaron a profundizar en sus creencias y valores católicos. En esos momentos se vincula a la iglesia y frecuenta mucho el contacto con sacerdotes españoles, a la vez que abandona los estudios de arquitectura.
Visita en 1948 Salamanca y queda impactado por su Semana Santa, que plasma en hermosos dibujos, además de profundizar su relación con la fe y la iglesia al incorporarse a la institución católica 'Cristo Rey' para profundizar en la vida monacal.
Ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando incorporando nuevas técnicas pictóricas, además de casarse y salir de su pesimismo vital, lo que le llevó a realizar unos dibujos y pinturas más optimistas y alegres.
En 1954 la farmacéutica suizo-española Roche le encarga que viaje por las ciudades españolas y las dibuje con acuarelas para posteriormente editar un porfolio de las obras, que llegarían a todos los rincones de España en donde hubiese un médico o una botica.
El polaco cumplió sin mácula con el encargo, que se plasmó en una hermosa publicación titulada Rincones de España, de ediciones Roche. En ella aparece la acuarela dedicada a Cuenca, que representa los rascacielos de San Martín, con sus características líneas verticales y coloreadas con acuarelas suaves y grisáceas, destacando los tejados y la Torre de Mangana con su arquitectura de los años cincuenta. La pintura está firmada en 1950.
Otra lámina también fue realizada por el artista polaco, seguramente de prueba o boceto para la publicada a color sobre Cuenca, que realizó en tinta sobre papel.