Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Pantanos, sí y trasvases, también

17/05/2024

Algunas cosas hay que decirlas a la pata llana y sin pamplinas. Y así las digo. España necesita, en realidad se necesita en cualquier sitio, almacenar agua cuando se puede para poder disponer de ella cuando escasea. 
Es algo, que por pura lógica ha hecho el ser humano desde el neolítico, que es cuando comenzó a asentarse en lugares fijos, cultivar vegetales y estabular animales. Se aprendió a construir embalses, a hacer acueductos y llevar de un sitio a otro el imprescindible líquido.
Vamos, que eso no fue cosa de Franco. De hecho, el plan hidrológico nacional fue cosa de los progresistas del siglo 19 y de los socialistas del XX y quien más trabajó en ello fue un tal Indalecio Prieto. Y el PSOE hasta Borrel inclusive, era el más decidido partidario de todo ello y de avanzar en aquella senda con el trasvase del Ebro. Luego se pasaron a la regresión y el campaneo , encabezados por Zapatero, ¿como no? Y la  ministra Narbona, pareja por cierto del señor Borrel, y enterraron la idea y principio, hasta entonces sustentado y asumido por la ciudadanía como algo consustancial con la pertenencia a una patria común, de que el agua era un bien común de todos los españoles. Ahora ya ven, es una batalla entre taifas y tribus.   
En realidad el cuerpo de doctrina existente ahora al respecto por quienes se autoproclaman progresistas topa con la misma esencia de lo que dicen querer combatir. Porque es , desde el más mínimo sentido común y raciocinio que si esto del clima va por donde dicen que va a ir y en un abrir y cerrar de ojos, o sea que vamos camino del Sahara, lo sensato y lógico sería preparase para ello. O sea, atesorando toda el agua posible y guardándola para cuando no caiga una gota. 
Pero no, el sentido común es ahora el menos común de los sentidos y ahí los tienen ustedes con anuncios por doquier de lo que debemos hacer en todos los aspectos, hasta cuando compramos un yogur, para salvarnos de la catástrofe climática excepto la evidencia y la prevención de hacer acopio si hay alguna vaca gorda para los tiempos de las flacas.
El odio a los pantanos y a los trasvases instalado en el catecismo de esta cosa que era antes la izquierda es algo que siempre me ha sorprendido. Aunque entiendo la demagogia que también desde tiempos ancestrales se ha aplicado al asunto del agua. Es normal, no hay asunto más vital que ella y es por donde más fácil se pueden calentar las pasiones. No hay grito que levante más clamor que el de ¡Que se nos llevan el agua!
Así que soy muy consciente de estar en minoría y que corro riesgos por decir lo que pienso. Pero la honradez intelectual es eso. Decirlo aunque se sepa que no es compartido por muchos y que te puede convertir en mi impopular por ello. Pues bueno.
Y como hay que bajar a lo concreto y al suelo y estoy escribiendo para Castilla- La Mancha y encima soy de Guadalajara, lo diré de manera precisa y concreta.
Soy, siempre lo he sido partidario de pantanos, embalses y todo tipo de obras hidráulicas que manteniendo los caudales necesarios para no dejar en mínimos el fluir por los cauces. Esas obras, además, y es una evidencia, no han supuesto en la mayoría de los casos, sino bien al contrario, males para su entorno y han creado encima ecosistemas y espacios mas propicios para el establecimiento de diversas especies. El agua siempre les ha gustado mucho a los bichos.
No he entendido, pues, nunca la inquina contra ellos. Que ya les digo, y si es por ello, que no fue cosa de Franco, sino que este se limitó copiar, en parte, el famoso plan republicano de don Inda.
En cuanto a los trasvases, el más conocido y el que más nos incumbe es el del Tajo, que tiene un inconveniente que para nada tenía el despreciado, y me temo que irracionalmente enterrado para siempre, del previsto en el Ebro. Que el nuestro, cuyos pantanos de acopio y referencia son Entrepeñas y Buendia, es de la cabecera del río y eso supone que ya no es trasvasar los excedentes cuando está a punto de verter al mar, sino cuando este empieza su recorrido. Por tanto, en el caso del Tajo antes de fijar el volumen de lo que se trasvase, es perentorio y de absoluto y obligado cumplimiento el establecer un mínimo de lámina de agua, de hectómetros cúbicos embalsados, antes de proceder a los mismos. Puede hacerse la única excepción de que fuera por perentoria necesidad para consumo humano. 
Debería ser este el punto en que habría que buscar el acuerdo y establecer con asesoramiento científico, y no político, ese volumen de agua embalsada que se considere imprescindible y buscar por ahí el acuerdo. Lo demás, por uno y por otro costado, me parece fuera de razón y muy arrimado a la demagogia. Acabar con el trasvase es tan irracional, insolidario y de política de campanario como pretender trasvasar sin que en los embalses haya el agua suficiente para poderlo hacer sin dañar ni al río ni atender las necesidades de los habitantes de su recorrido.
Y dicho esto, si quieren me apedrean, pero es lo que creo razonable, desde luego discutible y que me parece el mejor punto de salida y consenso. Pero claro, otra cosa son las fintas electorales.