La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin rebaja salarial incluida en el acuerdo de PSOE y Sumar para la formación de nuevo Gobierno suscitó el rechazo de plano e inmediato de las organizaciones CEOE, Cepyme y ATA por considerar que «va a tener un impacto negativo para la actividad de las empresas, en especial de las pymes y autónomos, y, por tanto, para la economía y la creación de empleo».
Una medida que para los empresarios conquenses consultados por este diario no solo no les convence por completo, sino que, además, les genera bastante dudas, sobre todo, a la hora de su aplicación «real y efectiva», si bien, eso sí, coinciden en reconocer los beneficios para los trabajadores, aunque no tanto para las empresas, por el más que probable incremento de costes que llevaría consigo su aplicación y la consecuente repercusión en los precios finales al cliente.
Hostelería. Nacho Villanueva, propietario del restaurante Recreo Peral, afirma a priori que esta medida mejoraría la conciliación familiar y social del empleado, lo que, en su opinión, debería conllevar, asimismo, una mayor productividad, porque entiende que «ese empleado va a rendir más al trabajar menos horas y estar más a gusto en el trabajo».
Tiene claro que su aplicación conllevaría un incremento de costes, que obligaría a los empresarios, en un sector como es el de la hostelería, a intentar, al menos inicialmente, optimizar la jornada laboral con una redistribución de los recursos humanos para cubrir ese déficit de horas sin tener que aumentar la plantilla.
Y es que, a su juicio, «no sólo es cuestión de trabajar dos horas y media menos a la semana y ya está, sino que es cuestión de que no sólo se beneficie al trabajador, sino también la empresa».
Para Villanueva, ese incremento de costes de personal repercutirá más tarde o temprano en el precio final del servicio y, en consecuencia, al cliente, porque «si el beneficio del trabajador es un 7% menos de la jornada y la empresa asume el 4% con la reestructuración del personal, el 3% restante lo tendrá que soportar el cliente.
Comercio. Pedro Notario, propietario de Óptica Notario, por su parte, subraya el desconocimiento general existente en torno a la manera de aplicar esta medida, lo que, en su opinión, dificulta, y mucho, hacer una valoración a priori. De ahí que no dude en afirmar que le genera «todas las dudas del mundo».
Lo que sí tiene algo más claro es que esta reducción de jornada laboral supondría un incremento de los costes, que, a su juicio, no tendría por qué repercutir en el precio final, aunque eso dependería de cómo se acometa su aplicación.
Javier Cantero, propietario de Javier Peluqueros, por último, cree que la ejecución de esta medida en pymes que tengan abiertas sus puertas al público sería «económicamente más complicada», porque obligaría a contratar más personal para cubrir ese déficit de horas; algo que «debería repercutir en el cliente, si se quiere llegar a fin de mes», lo que afectaría a su competitividad.
La otra solución sería «reducir las horas de apertura al público, porque más contratos no me atrevo», concluye.
CEOE Cepyme Cuenca. En este sentido, la organización empresarial CEOE Cepyme Cuenca, de la mano de su secretario general, Ángel Mayordomo, prefiere no pronunciarse por ahora sobre la rebaja de la jornada semanal a las 37,5 horas incluida por PSOE y Sumar en su acuerdo para la formación de nuevo Gobierno, porque «no sabemos el porqué ni el para qué ni de qué manera».
Sí muestra, sin embargo, su sorpresa por el hecho de que en este acuerdo haya varios párrafos en los que se habla «de la necesidad de trabajar todo lo relacionado con la actividad laboral y la relaciones laborales de la mano del diálogo social entre empresarios y sindicatos y resulta que uno de los acuerdos más poderosos que ya se ha adoptado afecta a las relaciones laborales y no ha existido ese diálogo con los agentes sociales».
De ahí que la Patronal conquense reproche esta postura e insista en que «estas cuestiones van de la mano del diálogo social y no por imposición», concluye.