Está viviendo un «gran sueño». Tan solo tiene 17 años, pero ya sabe lo que es debutar en Liga Asobal y también marcar goles en la máxima categoría. Jorge Ureña está «aprovechando cada minuto para dar lo mejor de mí e intentar aportar todo lo que pueda al equipo». Su evolución crece a pasos agigantados y todo hace indicar que será una carta importante para Lidio Jiménez en el presente curso. Lo es gracias a su perseverancia y gran talento.
El joven extremo derecho, natural de Ciudad Real, marcó la pasada jornada tres goles ante el Ademar León. Una cifra que «es todo un sueño porque no es fácil anotar» en Liga Asobal. Mucho más difícil es hacerlo en tres lanzamientos que hizo, con una efectividad del 100 por cien. Tiene una mano mágica. No obstante, reconoce que está «muy contento por haber contribuido con mis compañeros pero, por lástima, no pudimos puntuar, que es lo más importante». El hecho de estrenarse como goleador en Liga Asobal no ha pasado desapercibido porque «me han llegado muchos mensajes de familiares y amigos». Esas felicitaciones le reconfortan para seguir por el camino que lleva.
Jorge Ureña ya disfrutó de sus primeros minutos ante el BM Granollers y ahora acaba de estampar su firma como anotador en Liga Asobal. Ahora mismo, «estoy que no me lo creo aún». El próximo reto que se plantea es «marcar en El Sargal con toda nuestra afición, que es la mejor de España y que siempre te arropa en cada partido que jugamos». Por lo que ya tiene entre ceja y ceja al Atlético Valladolid. Los pupilos de Lidio Jiménez reciben este domingo (19 horas) al conjunto vallisoletano con la convicción de «hacer de nuevo un gran partido y sumar como sea los dos puntos, que son muy importantes para nosotros».
Tras llegar hace tres meses a la capital conquense, el balance es «muy positivo porque estar sentado en el banquillo es ya un privilegio para mí». Este talentoso joven apunta que «intento hacer todo lo que me dice Lidio Jiménez y el cuerpo técnico para dar todo lo que tengo», aunque con su edad tiene «mucho margen de mejorar y mucho que aprender todavía», señala. Mantiene en todo momento los pies en el suelo y es consciente de que tiene que seguir trabajando.