La Biblioteca Luis Rius acogió un taller de decoración de huevos de Pascua organizado por la Asociación Hispano-Rumana de la provincia de Cuenca. Esta tradicional actividad, enmarcada en los proyectos de integración cultural de la entidad, reunió a más de una veintena de personas de diversas nacionalidades. Asistieron también representantes institucionales como la cónsul de Rumanía en la región, Florentina Kemokai, y la concejala de Participación Ciudadana, Riánsares López.
La jornada estuvo dedicada a descubrir el simbolismo y la técnica artesanal de esta tradición milenaria, que se remonta a siglos antes del cristianismo y ha perdurado como símbolo de la resurrección y de la nueva vida.
Violeta Vartic, presidenta de la Asociación Hispano-Rumana, explicó que el taller tuvo un enfoque especialmente práctico y cultural. «Queremos compartir una tradición ancestral que es todo un arte, lleno de símbolos y valores que unen a las personas». Los presentes aprendieron a decorar huevos con cera de abeja y tintes naturales, en un proceso laborioso que exige paciencia y precisión. «Utilizamos huevos blancos cocidos, materiales que sufraga íntegramente la asociación, y contamos con Nina Olteanu, nuestra compañera artesana, que enseña con dedicación cada detalle de esta técnica tan especial», añadió Vartic.
Más allá del componente artístico, la actividad también buscó estrechar lazos entre culturas y fomentar la convivencia. La presidenta recordó que esta costumbre, que también se celebra en otros países de Europa del Este, se ha convertido en un símbolo de unidad y diálogo intercultural. «Cada huevo pintado cuenta una historia, refleja una parte del alma de quien lo decora, porque es una forma de transmitir valores, tradiciones y belleza, todo ello enlazando respeto y comunidad, como el que se nos brinda aquí», concluyó.