El Ayuntamiento de Beteta ha avanzado que solicitará una reunión con la Delegación de Sanidad de la Junta en Cuenca para intentar frenar el cierre de la farmacia de la localidad, que presta servicio a muchos pueblos de la comarca y es un referente en la Serranía. Así lo ha indicado, en declaraciones a EFE el alcalde de Beteta, Manuel Vega, quien ha advertido de la importancia de mantener este servicio rural en una de las zonas más despobladas de Cuenca. En este sentido, ha confirmado que quieren reunirse con la Delegación de Sanidad para analizar si existe alguna posibilidad administrativa para mantenerla abierta.
La farmacia de Beteta ha estado atendida durante años por el boticario Alfredo Monteaguado, quien falleció en el verano de 2022, y desde entonces de la regencia se encarga Sagrario, a quien se le acaba la concesión en marzo de 2024. La normativa administrativa le impedirá seguir detrás del mostrador, y si no se produce un traspaso y nadie se encarga de su gestión, tendrá que echar el cierre.
En este sentido, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cuenca, Luz Moya, ha reconocido en EFE de las dificultades de encontrar un nuevo propietario para las farmacias rurales, como la de Beteta, que no son rentables económicamente.
En la actualidad son casi 70 las ubicadas en localidades de menos de 500 habitantes, y su futuro en algunos casos también es incierto. La farmacia de Beteta atiende a una población de unos 200 habitantes, pero también se ocupa de varios botiquines en la comarca y es la más próxima para varios municipios de la Serranía.