La Villa Romana de Noheda reabre sus puertas el fin de semana

EFE
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El yacimiento se incorpora a la oferta cultural de la provincia para este verano, de jueves a domingo y en horario de 10,45 a 13,45 horas

La Villa Romana de Noheda reabre sus puertas el fin de semana - Foto: Reyes Martínez

El Centro de Interpretación de la Villa Romana de Noheda, situado en el municipio de Villar de Domingo García (Cuenca), reabre sus puertas este fin de semana complementando la oferta cultural de este verano con la visita a los singulares mosaicos de este yacimiento arqueológico, que se sitúan en el podio imperial por su tamaño y grandeza.

Según han informado fuentes del yacimiento, este recurso se une al amplio catálogo de la Cuenca romana, con espacios como Segóbriga, Valeria, Ercávica o las minas de Lapis Specularis, que dan un importante reflejo del paso de Roma por las tierras conquenses y la visita podrá realizarse de jueves a domingo, de 10.45 a 13.45 horas.

El Centro de Interpretación está dividido en varios espacios enfocados tanto al mundo romano en general como a la villa y sus mosaicos en particular, permitiendo hacer un recorrido al detalle de todos sus elementos.

La variedad de paneles adentra al visitante en los conceptos más generales e interesantes de la vida y sociedad en época romana, creando de esta forma un marco histórico ameno y didáctico que ayude a entender mejor las circunstancias que llevaron a la construcción de una villa como la de Noheda y ver cómo podría ser el día a día de un romano en este tipo de espacios.

La parte más interesante, según las mismas fuentes, es la que se centra de lleno en el desarrollo de los mosaicos, con precisas explicaciones y visuales infografías "que hacen acercarnos aún más a esta maravilla que nos ha llegado hasta nuestros días".

La nitidez y el detalle de los paneles adentran de lleno en la historia desarrollada en el suelo de la sala triabsidada, que se relaciona con la historia de Paris y Helena y comienza con el mito de la carrera de yeguas que Pélope tuvo que disputar con Enomao, padre de Hipodamia, para poder casarse con ésta.

Pero también es interesante la escena de Paris y Helena, relacionada directamente con la anterior, y que empieza con el famoso juicio para determinar cuál de las principales diosas se adueña de la Manzana de la Discordia y que acabará por desencadenar la Guerra de Troya, sin obviar el interés que tiene también el cortejo Dionisiaco, uno de los mejores conservados en todo el Imperio y que muestra al Dios del Vino y la Fertilidad en los campos, acompañado de su curiosa comitiva compuesta por sátiros y ménades.