Un eje descompensado

Diego izco (spc)
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La paradoja de los centrales: al Barcelona le sobran (y quiere fichar) y al Madrid le faltan (y no se mueve)

Un eje descompensado - Foto: Claudia Greco

Las escuelas futbolísticas que apuestan por construir los equipos desde atrás (portero más dos o tres centrales) miran con curiosidad hacia España. Aquí, los dos 'gigantes' de nuestro fútbol viven una temporada extraña en el eje de la zaga: el Barça tiene 'overbooking' y el Madrid, una clara necesidad, sin embargo, realizan los movimientos 'al revés', es decir, el club culé mira y toca el mercado y el merengue hace gala de un inmovilismo que, paradójicamente, no sorprende. 

Y no es sorpresa porque es la misma táctica del pasado curso, cuando en un momento dado de la temporada cayeron de gravedad Alaba y Militao. Ambos con una rotura del ligamento. Sin embargo, el pasado curso el Real Madrid podía tirar de Nacho, hoy en el Al-Qadisiyah saudí a sus 34 años. Esta temporada no hay otro como él. Ancelotti ha tirado de la cantera 'a su pesar' (no es un técnico que mire hacia abajo con demasiada pasión) y ha dado ocho partidos y 450 minutos a Raúl Asencio… pero a la hora de la verdad, el italiano prefiere poner los galones de Tchouaméni aunque sea a contracorriente. Pocos son los partidos en los que el mediocentro francés (24 años) ha salido bien parado y sin errores jugando como zaguero. 

El Madrid se ha tenido que agarrar a la regularidad de un futbolista que nunca se caracterizó por ser regular, Antonio Rüdiger (31), para sacar adelante la papeleta. Es el jugador más utilizado de la primera plantilla (25 partidos, 2.167 minutos) ante dos ausencias capitales: David Alaba todavía no se ha recuperado de una lesión que se produjo el 17 de diciembre de 2023 y apunta a su retorno a finales de este mes, y Eder Militao se pierde de nuevo la temporada por una rotura completa del ligamento cruzado anterior. 

Ha habido mucho movimiento en los mentideros blancos por este motivo: desde el regreso de Sergio Ramos (hoy sin equipo a sus 38 años) hasta la vuelta a España de Aymeric Laporte (30), que juega en el Al-Nassr, pasando por apuestas millonarias como la de Saliba (23), el central del Arsenal que sería la gran apuesta merengue según varios medios. 

barça

Casi en el momento en que Araújo recibía el alta médica y Christensen confirmaba entrar en la recta final de su recuperación, el entorno del Barça anunciaba que ya tenía fichado «un central de primer nivel mundial» para la próxima temporada: el alemán Jonathan Tah (el 'gigante' del Leverkusen, de 29 años, queda libre a final de temporada). Todo esto, con Pau Cubarsí e Íñigo Martínez firmando una primera vuelta de notable -era de matrícula de honor hasta la crisis-, con Eric García recuperado para la causa e incluso con Koundé, hoy escorado en el carril derecho, suplicando por regresar a la parte de la defensa (el eje) donde se siente realmente cómodo. Sin olvidar que Clement Lenglet está cedido en el Atlético de Madrid… 

El panorama es el de uno de los clubes de Europa con más centrales en nómina (y en la 'lista de deseos'), lo que complica el rompecabezas. El primer paso evidente es la 'operación salida'. Christensen (28), que estaba de 'baja federativa' para que el club inscribiera a Dani Olmo, tiene sobre la mesa una jugosa oferta de la Juventus (mejor para el jugador que para la entidad) y al mismo tiempo el bloque rojiblanco no vería mal quedarse en propiedad a Lenglet. La edad de Íñigo (33) juega en su contra, pero su rendimiento ha convencido a un Flick que se enfrenta a un tremendo dilema:tirar de galones y quedarse con Ronald Araújo… o caer en la (casi necesaria) tentación del propio club de intentar hacer caja con el uruguayo, el zaguero con mejor cartel: 25 años y un valor de mercado de 55 millones. Solo el niño Cubarsí (17 años) parece intocable hoy por hoy.