En puertas del 30 aniversario de la formalización como asociación del grupo belenista La Hoguera de Tarancón, Javier Perea, madrileño afincado desde hace algo más de diez años en la ciudad, toma el testigo al frente de la Presidencia de una de las asociaciones más singulares de la localidad y que está posicionada como un referente tanto a nivel provincial como regional. 

La Asociación Belenista, de la que es socio desde 2018, es la responsable de que Tarancón acoja desde las navidades pasadas el Centro Belenista, ubicado en el Mercado de las Artes. Una instalación referente y única en la provincia de Cuenca, que es tan solo uno de los muchos éxitos de esta organización que lleva varias décadas poniendo alegría y color a múltiples escaparates de la localidad. 

Perea cuenta que siempre sintió una «especial emoción» a la hora de elaborar una de las piezas imprescindibles en los hogares de muchos españoles. Afirma que ese sentimiento siempre lo ha tenido y que gracias a su marido taranconero volvió a sentirlo más fuerte cuando éste le contaba la tradición que desde hacía años seguían muchos vecinos de Tarancón. 

«Me contaba que cuando era adolescente empezó a poner belén en el escaparate de La Paz con sus padres, unos de los fundadores, como teníamos las figuras y demás, animé a Raúl (su marido) a volver a poner el belén», argumenta el actual presidente en relación a una tradición que retomaron entre 2018 y 2019 al decorar un escaparate durante dos años seguidos en uno de los locales del centro comercial, al tercer año uno en la calle Zapatería y ya estas últimas navidades en el Centro Belenista. «Siempre me ha gustado la tradición de poner el belén en casa, aunque siempre fue desde una posición amateur», confiesa un Perea que destaca que gracias a Raúl y los demás integrantes de la asociación descubrió la parte «más creativa» con la que se reengancharon a esta tradición.

Perea, que ya figuraba en la anterior directiva, afirma que cuando Jesús anunció que quería dimitir y el vicepresidente igual, en la asamblea general ordinaria se abrió el periodo de candidaturas donde salió elegido. «Aunque mi candidatura fuese la única, busqué el apoyo de los socios más comprometidos para salir adelante», confirma el belenista al aventurarse a presentar su candidatura ante el «miedo» de que la asociación pudiese desaparecer. «Lo más sencillo si no hay candidatos hubiese sido disolver la asociación, pero llegando al punto en el que estamos, diferenciándonos tanto en la región, lo suyo es tirar para adelante», afirma el actual presidente ante la «gran responsabilidad» que dice afrontar y en la que confía en el «buen equipo» formado en la directiva y que está compuesto por Celestino García Martínez, en la vicepresidencia; Adela Zamarra como secretaria; Concepción Zarco como tesorera; y tres vocales que recaen sobre Riánsares Martínez, Antonia Hontana y Emilia Ramos. «Es la gente que más activa está y me demostraron que son en los que más podía confiar», sentencia Perea.

Crecimiento exponencial. Con cerca de 70 socios en la actualidad, el actual presidente confirma que están en un momento de «crecimiento exponencial» que llega motivado por las circunstancias vividas en el último año, teniendo como gran punto de inflexión la inauguración del Centro Belenista en el Mercado de las Artes. «Ante el deterioro de muchos de los locales donde exponíamos tuvimos que escoger otra opción y gracias al Ayuntamiento pudimos disfrutar de una instalación única como fue el Centro Belenista preservando la esencia de seguir en el Casco Antiguo», subraya Perea sobre una instalación que recibió más de 13.000 visitantes en su primera edición. «Queremos seguir creciendo e innovando», señala Javier, que se propone en este nuevo mandato «fomentar actividades dando importancia a su sede, ubicada en la Plaza de Castilla-La Mancha.

El objetivo es que después de las fiestas patronales se realicen talleres, tanto con mayores como con pequeños, para seguir con uno de los objetivos «clave» de la nueva directiva: «generar cantera». «El belenismo es algo que se va transmitiendo, las nuevas generaciones ayudan pero falta el lugar de encuentro común para crear ese ambiente de comunidad», apunta el madrileño para conseguir generar raíz más allá de la tradición familiar para que el ambiente belenista perdure entre generaciones.