Adelaida las Santas, conquense por matrimonio con G. Osorio

Luz González Rubio
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Adelaida y su marido en 1955, del blog de Mery Barona

Nació en Villarejo de Salvanés en 1918, y murió en Madrid el 15 de noviembre de 2006. Fue periodista, poeta y editora. Como ocurre con Acacia Uceta, su relación con Cuenca les nació a través de sus maridos, pero a lo largo de sus vidas se fue consolidando por méritos propios: viven o viajan a nuestra ciudad, participan en su vida cultural y se relacionan con escritores y poetas de Cuenca. Carlos de la Rica escribe sobre Adelaida en la revista Cuenca y Federico Muelas, que recitó poemas suyos y de sus compañeras en la radio, la ayudó en la selección de los que entrarían a formar parte de la célebre antología Versos con faldas.

Adelaida reeditará dicha antología en 1983, con prólogo de una de las poetas integrantes, Gloria Fuertes, y una introducción en la que la editora explica el origen del nombre y el propósito de esta publicación: recordar para la posteridad la tertulia fundada en 1951 por tres amigas poetas, Gloria Fuertes, la que después adquiriría más fama en el mundo literario, María Dolores de Pablos y ella misma. 
Esta tertulia que tuvo lugar en el Madrid de la posguerra, en el sótano de la Asociación Artístico Literaria del Teatro Gallego, duraría hasta fines de los años sesenta, con algún cambio de lugar entre medias. Estaba abierta a todas las mujeres escritoras que quisieran enviar sus versos, que podían recitar ellas mismas o ser leídos por otras mujeres de la tertulia. Algunas tan importantes como la asturiana Dolores Medio, que en 1952 conseguiría el Premio Nadal de novela, o la reconocida hoy como representante de la Poesía Social, Ángela Figuera. Otra tertuliana, Isabel Suárez de Deza, obtendría el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca, 1951.

Lo pintoresco de esta tertulia, además del nombre, es que la presentación la hacían los hombres, entre ellos nuestros poetas conquenses: Federico Muelas, en 1967, y unos años antes, Enrique Domínguez Millán, este último quizá por eso de que su mujer, Acacia Uceta, era una de las asiduas tertulianas. La relación de Adelaida con Cuenca ya era muy estrecha desde que en 1955 contrajo matrimonio con otro poeta conquense, menos conocido que los anteriores, al menos en nuestra provincia, Guillermo Osorio. 

Imagen de la tertulia ‘Versos con faldas’, en Madrid, con Adelaida las Santas al fondoImagen de la tertulia ‘Versos con faldas’, en Madrid, con Adelaida las Santas al fondo - Foto: APGC

La única vez que hizo la presentación una mujer fue en la última sesión de tertulias del año 1951, que terminaba con la llegada del verano. Corrió a cargo de la poeta Paquita Sáenz de Tejada, pero con seudónimo masculino. 

Adelaida, al hablar de la evolución de las tres fundadoras de la tertulia, que ya se conocían desde antes de fundarla en 1951, cuenta como la vida las fue conduciendo por derroteros diferentes. Gloria Fuertes, la más famosa de las tres, se marchó a Estados Unidos y, a su vuelta, se haría más famosa todavía con sus programas de TVE; María Dolores se entregó con mayor dedicación a la astrología que a la poesía, daría cursos, conferencias, convirtiéndose en una celebridad internacional en la materia y creando en nuestro país un Centro de Astrología. 

De la tercera componente, escribe: «Yo, Adelaida Las Santas, en el año 1955, el 7 de mayo, contraje matrimonio con el poeta conquense Guillermo Osorio, que falleció en Madrid el 17 de diciembre de 1982. Tuve la suerte de amar y comprender a uno de los mejores sonetistas de España y fundador que fue (1980) de la Colección de Poesía Aguacantos, que es la que publica este humilde libro» (Las Santas, 2019. Pág. 53).

Otro poeta conquense, Carlos de la Rica, en su sección de Poetas conquenses, habla de Guillermo Osorio y agradece a Adelaida el habernos hecho llegar a los lectores las poesías de su marido. La mayor parte de su actividad editorial y ensayística estuvo en función de ensalzar y mantener la memoria de la poesía de Guillermo. Incluso firma el artículo citado antes poniendo detrás de su nombre y apellido:«Viuda del poeta Guillermo Osorio». 

Según sus amigos escritores, si no llega a ser por la labor de ella, Adelaida que recoge los escritos de Guillermo y los publica, tanto en vida como después de muerto, pocas gentes hubiéramos sabido de su existencia: Ella lo rescató de la bohemia y del alcoholismo.

Guillermo había participado en la guerra en una unidad de tanques del ejército republicano. Después de la guerra estuvo en campos de prisioneros franceses y cárceles y campos de concentración españoles. Adelaida, de ideas falangistas, lo conoció en Madrid, donde ambos vivían, en la tertulia literaria del Café Varela.

Adelaida se lamenta de que el año 1952, a pesar de ser proclamado Año de la Poesía, el Gobierno prohibiera los recitales: «Los poetas quedamos desamparados. Aquellos recitales, que tanto nos acercaban al pueblo y que por el precio módico de una taza de café podías oír a los poetas, habían sido suspendidos por orden del Director General de Seguridad, fue como un mazazo. Ahora me viene a la memoria aquella frase que dijo José Antonio de que 'A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas'». (Pág. 49).

Diez años antes, en diciembre de 1957, Federico Muelas había recitado unos villancicos suyos en un programa de radio titulado Estampas de Navidad.

Adelaida además de las tertulias, siguió dando conferencias y participando en la vida cultural muy activamente. Durante dos años dirigió el Ciclo de Sonetos del Ateneo. También, en 1959, escribió una novela biográfica, Poetas de café, que constituye un documento imprescindible para conocer la vida literaria de los cafés madrileños, que ella frecuentaba con su marido y otros poetas y artistas varios. Otras obras en prosa son La mujer en la poesía contemporánea y La creación en la obra de la novelista Concha Espina. En poesía, publicará Destellos, en 1950; Poemas de Adelaida, en 1954; y Poemas de la perra gorda que se convirtió en Perra chica y otros poemas para las niñas y niños de Cuenca, 1997. 

Como editora, está su trabajo al frente de Aguacantos, que según Carlos de la Rica y otros, Adelaida creó para editar las obras de su marido, aunque ella dijera que había sido él quien la creó. La mayoría de los libros de Guillermo Osorio fueron publicados, de manera póstuma, por Adelaida. Entre ellos: Hace cincuenta años hubo una guerra: romance para que lo cante un ciego, 1984; Poemas de la sinceridad, 1997.

Recuerda como, en 1970, las poetas de Versos con faldas fueron llamadas a recitar sus versos con motivo de la celebración del Año Internacional de la Mujer, recital que contó con la presencia de Gerardo Diego y otros famosos poetas, en un gesto de reconocimiento literario. Su preocupación por la igualdad y los derechos de las mujeres las llevó a participar en el Aula Cultural de la Asociación de Amas de Casa, fundada en 1969 por Asunción Sedeño.

Su actividad altruista en el ámbito social y cultural es un eco en distintas publicaciones. Su compromiso fue con la humanidad en general, no solo con la emancipación de la mujer. 

Hemos señalado antes una cita suya del creador de la Falange. Durante la guerra, mantuvo escondido en su casa a falangistas para salvarlos de persecuciones, por los que fue detenida por la FAI. Después, vemos como se enamora del republicano conquense hasta el punto de hacer de su relación el hito más importante cuando hace memoria de su vida.