La prostitución parece abandonar cada vez más las calles y clubes y se «muda» a pisos. Un fenómeno generalizado en todo el país y que en la provincia de Cuenca, aunque con retraso, también se está dando, eso sí más lentamente y más concentrado en la capital, así como en Tarancón y Motilla. No en vano, 10 de los 18 pisos donde se ejerce la prostitución en la provincia se encuentran radicados en la ciudad.
Ésta es una de las conclusiones del informe sobre el estado de la prostitución en Cuenca y Castilla-La Mancha, que presentó ayer en la Diputación la asociación In Género, que durante el pasado ejercicio atendió a 232 personas que ejercían la prostitución o eran posibles víctimas de trata con fines sexuales en la provincia con un total de 1.044 intervenciones en 32 lugares, 14 de ellos clubes y 18 pisos, de diez localidades, como son Cuenca, Tarancón, Motilla del Palancar, San Clemente, Casas de los Pinos, Graja de Iniesta, Canalejas del Arroyo, Cañamares, Mariana y El Provencio.
Un estudio que ha contado con la colaboración de la Diputación con 11.000 euros, a través del programa Cuenca Integra, que permite conocer más a fondo este mundo de la prostitución y pone de manifiesto que «la educación sexual la necesitamos en este país como el agua», asegura el coordinador nacional de In Género, Miguel Ángel del Olmo, al tiempo que denuncia la desprotección de las víctimas de trata, porque «la ley está obsoleta y la nueva continúa encima de la mesa después de tres años».
- Foto: Elaboración propiaPerfiles. In Género, que atendió a 226 mujeres, cuatro mujeres trans y dos hombres, desvela en su informe que la gran mayoría, el 72,2% ejerce la prostitución en clubes de alterne y el 27,8% en lugares privados, si bien, según la coordinadora regional de esta asociación, Belén Jiménez, la situación está cambiando y cada vez son más los pisos donde se ejerce la prostitución, especialmente en la capital y los municipios más grandes.
Con una media de 35 años de edad, la mayoría de este colectivo procede de Paraguay, un 44,4%, «una característica propia de la provincia de Cuenca, que la diferencia del resto de la región», indica Jiménez, quien, además, añade que le siguen en esta lista República Dominicana, con el 18,8%; Colombia, con el 14,3; Cuba y Rumanía, con el 3,7; y España, en último lugar, con el 3 por ciento.
Solo una de cada tres de estas personas vinieron a España con la intención de prostituirse, mientras que el resto, la gran mayoría venían a mejorar sus condiciones de vida, pero ante la falta oportunidades laborales, se vieron abocadas a la prostitución.
La edad media de las personas que ejercen la prostitución en Cuenca es de 35. - Foto: Alberto RodrigoNo en vano, en palabras de Jiménez, la mayoría de este colectivo son mujeres maduras, que inician la migración por sus cargas familiares en su país de origen e intentan mantener tanto a sus hijos como a las personas que se quedan a cargo de ellos, entre una y siete personas.
Y es que casi siete de cada diez tienen estudios secundarios y de FP e, incluso, un 8,3 por ciento cuenta con formación universitaria, mientras que un 18% tiene estudios primarios y un 9% carece de estudios.
Situación. El estudio de In Genero también desvela que sólo el 20,3% de este colectivo tiene la nacionalidad española y casi siete de cada diez están empadronados; algo que es posible, según la coordinadora regional, fruto de la intermediación de esta asociación y el trabajo de concienciación que lleva a cabo, ya que, según afirma, «en los espacios donde ejercen se les dificulta bastante el empadronarse».
Empadronamiento que les permite acceder a derechos sociales y sanitarios, de ahí que el 66,7% haya utilizado los Servicios Sociales en alguna ocasión, si bien sólo el 45% los conocía en un primer momento.
Y, por último, casi la mitad (42,8%) lleva menos de un año ejerciendo y sólo el 6,8% lleva más de 10 años.
Ley del Sí es Sí. La prohibición de los anuncios de prostitución recogida en la Ley del Sí es Sí «ha hecho infinitamente más vulnerables a muchas mujeres que la ejercen», según Del Olmo, quien matiza que ahora utilizan grupos de Telegram, WhatsApp o servidores extranjeros para publicitar su actividad.
Si bien apunta que son los propietarios y encargados de los pisos los que ofertan las mujeres y gestionan los clientes, lo que, sin duda, «coarta la autonomía de las mujeres».