El Ayuntamiento de la capital da un nuevo paso hacia la implantación de la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE), con la exposición pública, a partir de hoy, jueves, y durante un periodo de 30 días, de la ordenanza reguladora para la presentación de alegaciones y sugerencias.
Un texto que fue aprobado inicialmente en el pasado Pleno de octubre y que determina que la ZBE se extenderá por una superficie de 170.000 metros cuadrados, en pleno centro de la ciudad, donde residen 7.532 personas; en concreto, en el área comprendida entre los puentes de la Trinidad y San Antón, las calles Colón, Mateo Miguel Ayllón, Carretería, Plaza de la Hispanidad, Aguirre, Las Torres, Puerta de Valencia, Tintes y Parque del Huécar.
En consecuencia, a partir de la entrada en vigor de la nueva ZBE, a partir del próximo 1 de enero de 2025, se aplicarán restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, conforme a la clasificación de vehículos por su nivel de emisiones; es decir, su etiquetado ambiental.
La ZBE tiene 170.000 m2 y en ella viven más de 7.500 personas - Foto: Elaboración propiaRestricciones, eso sí, que se implementarán de manera progresiva, de tal manera, que desde el primer momento (1 de enero de 2025), los únicos vehículos que no podrán circular por esta zona serán aquellos que no les corresponda etiqueta medioambiental. Si bien esta prohibición se hará extensible a los vehículos con etiqueta B, ya sean camiones, autobuses, turismos o furgonetas, a partir del 1 de enero de 2034. A los que se sumarán, a partir del 1 de enero de 2039, los vehículos con etiqueta C.
A la ZBE podrán acceder, sin necesidad de autorización municipal, los ciclos, bicicletas, vehículos de movilidad personal (VMP) y vehículos empadronados dentro del área demarcada.
Tendrán, igualmente, acceso, aunque, eso sí, con autorización municipal registral, los vehículos de los servicios públicos esenciales, Fuerzas Armadas y emergencias, aquellos con plaza de garaje particular o en alquiler en el interior de la ZBE y con destino a la misma, los vehículos históricos, los destinados al traslado de personas con tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida y vehículos de personas empadronadas en la ZBE.
La ZBE tiene 170.000 m2 y en ella viven más de 7.500 personas - Foto: Reyes MartínezPara el control de esta área, se plantean nueve puntos de acceso y salida con cámaras, que se situarán en los puentes de San Antón y Trinidad, así como en las calles Mateo Miguel Ayllón, Fray Luis de León, Plaza de los Carros, Tintes, Maestro Pradas, Las Torres y Noheda.
Dentro de la ZBE, se contemplan zonas de carga y descarga, así como de estacionamiento para los residentes y regulado para vehículos de no residentes autorizados, sin olvidar los transportes prioritarios, como ciclos, VMP, eléctricos, etc.
Y, por último, al único medidor de contaminación de la Plaza de la Hispanidad, se plantea instalar cuatro más en Dr. Fleming, Plaza de España, Tintes y Calderón de la Barca, así como cuatro nuevas estaciones de medición de ruido ambiental, que se sumarían a las tres ya existentes.
Impactos positivos. La ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones considera que esta delimitación podrá tener varios impactos positivos, incluyendo el aspecto económico de la competencia y el mercado.
En concreto, se habla de un estímulo a la movilidad sostenible, al promover el uso de vehículos más limpios y eficientes, lo que puede impulsar la demanda de este tipo de vehículos y, en consecuencia, generar empleos en el sector.
Otro de sus beneficios puede ser la revitalización del entorno urbano, ya que la restricción del acceso de los vehículos más contaminantes puede llevar consigo la mejora en la calidad del aire y, por lo tanto, un entorno urbano más atractivo, que puede atraer a más residentes, visitantes y empresas.
La ZBE es sinónima, sin duda, de fomento del transporte público y la movilidad activa, ya que lleva aparejadas mejoras en infraestructuras para peatones y ciclistas, lo que incrementa la accesibilidad y reduce la congestión del tráfico, y, en consecuencia, puede facilitar el acceso a negocios locales y aumentar la actividad económica.
Se espera, igualmente, que esta zona fomente en la ciudad el comercio de proximidad y las actividades de servicios reduciendo el número de locales vacíos y mejorando la calidad de vida de los residentes. Todo ello, sin olvidar que el mayor espacio público disponible para peatones provocará un aumento del turismo.