La escalada de precios que vienen experimentando los alimentos en nuestro país en los dos últimos años trae de cabeza a los consumidores, que ven cómo su poder adquisitivo cae estrepitosamente y cada vez les cuesta más llenar el carro de la compra. 

Una evolución que ha traído consigo una nueva medida excepcional del Gobierno central para intentar minimizar los efectos del notable encarecimiento de la cesta de la compra, como ha sido la eliminación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) al aceite de oliva, que entraba en vigor el pasado 1 de julio. 

Y no es para menos, a tenor de la evolución de su precio en los últimos años, puesto que ha sido el alimento de la cesta de la compra que más ha subido, con un incremento del 62,8% en el último año, según los datos del último Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente al mes de mayo. Un porcentaje que se acrecienta más aún, hasta el 198,5% desde enero de 2021, es decir, en este periodo ha multiplicado su precio casi por tres.

Buena acogida. Con este panorama, no es de extrañar que los consumidores hayan acogido de muy buen grado esta medida, que, por cierto, no deja de ser temporal, ya que esta supresión del IVA sólo se aplicará hasta el 30 de septiembre, cuando comenzará a tributar al 2 por ciento hasta el final del año.

A partir de ahí, el aceite de oliva recuperará el 4 por ciento de IVA, al haber sido incluido en el grupo de alimentos básicos, junto a productos como pan, harinas, leche, frutas, verduras, quesos, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales. 

Pero esta buena acogida no sólo ha producido entre los consumidores, sino que la eliminación temporal del IVA en el aceite de oliva también se ve con buenos ojos por el sector olivarero conquense.

El sector olivarero aplaude la supresión del IVA en el aceite - Foto: Reyes Martínez

Tanto el secretario general de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, como el presidente de la Denominación de Origen Aceite de la Alcarria, Carlos de la Sierra, tildan esta medida como «una buena noticia» y confían en que se vaya a traducir en un aumento del consumo de este producto tan importante para la dieta mediterránea.

Eso sí, De la Sierra quiere poner el foco en lo que considera una «infravaloración histórica» del aceite de oliva. Y es que, a su juicio, aunque reconoce la subida significativa de su precio en los últimos años, también deja claro que «siendo el producto que es y el valor que tiene, ha tenido unos precios irrisorios durante muchos años». 

En este sentido, pone como ejemplo el hecho de que «si comparamos otros productos que hace 30 o 40 años costaban lo mismo que un litro de aceite, ahora éstos valen 15, 20 o, incluso, 25 euros, mientras que el aceite de oliva oscila entre los ocho y los diez». Y eso, sin olvidar, según dice, que ahora el precio en origen está cayendo.