El campo conquense no parece pasar por su mejor momento. Algunas de las actuales cifras del agro no sólo no invitan al optimismo, sino que abren un panorama incierto de cara al futuro a medio y largo plazo de este importante sector productivo, base fundamental de la economía provincial.
Una de esas cifras nada halagüeñas es, sin duda, la relativa a la evolución en los últimos años de la afiliación de trabajadores al Sistema Especial Agrario (SEA), enmarcado dentro del Régimen General de la Seguridad Social.
Y es que Cuenca ha cerrado los nueve primeros meses del presente ejercicio con una media mensual de afiliación de 5.246 trabajadores en el SEA, 153 menos que al término del pasado 2023, lo que supone un descenso de casi el 3%.
El número de afiliados al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social no ha dejado de caer desde 2019. - Foto: Reyes MartínezSin embargo, eso no es lo peor, sino que las cosas empeoran si se echa la vista atrás, ya que se puede comprobar la caída continuada del número de afiliados al campo conquense en los últimos cinco años, desde 2019, ejercicio en el que se tocó techo en la última década.
En concreto, al término de ese año se alcanzó una media mensual de 6.291 afiliados al Sistema Especial Agrario en la provincia de Cuenca, una cifra que ha caído hasta los actuales 5.243 trabajadores, 1.048 menos que en prepandemia, lo que supone un descenso en este periodo de cerca del 17%.
Valoración del sector. El sector agropecuario vislumbra detrás de esta notable caída de las afiliaciones de trabajadores, por un lado, la modernización del campo y, por otro, la falta de relevo generacional.
Y, precisamente, en este sentido, se manifiesta el secretario provincial de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, quien pone en el foco que «con los procesos de mecanización del sector agrario, cada vez se utiliza menos mano de obra», por lo que habla, incluso, de «un fenómeno normal».
Si bien, más preocupación le produce la falta de relevo generacional, que se viene consolidando en los últimos tiempos, ligado, además, al elevado envejecimiento del sector primario. Y es que, según subraya a La Tribuna, «lo preocupante es, sin duda, la falta de relevo, puesto que cuando se produce una salida del sector, ya sea por jubilación o abandono, no está garantizado que se vaya a incorporar uno nuevo, porque la gente duda de que el campo sea un negocio rentable».
Esto, en palabras del secretario de Asaja Cuenca, se está traduciendo en que «la tierra que se queda sin titular pasa a manos de otro que la incorpora a su explotación, por lo que la superficie cultivada sigue siendo la misma, pero con menos titulares».
Al detalle. La gran mayoría de los afiliados al Sistema Especial Agrario en Cuenca hasta octubre de este año son hombres. En concreto, representan siete de cada diez, 3.702 (70,6%), mientras que las mujeres se elevan a las 1.541, el 29,4%.
Una proporción de siete a tres que prácticamente se viene repitiendo en los últimos años, aunque se haya incrementado ligeramente la diferencia entre ambos, con un aumento de ocho décimas de punto en el caso de los hombres y un descenso de diez décimas de punto en las mujeres.
Pero el campo conquense, además, es el segundo de la región que más ha visto caer el número de afiliados al SEA en los últimos cinco años, con una disminución de 1.048 trabajadores, sólo por debajo del descenso en 2.033 de la provincia de Ciudad Real. Le siguen, igualmente en números rojos, los 726 perdidos en la provincia de Toledo, los 71 de Albacete y los 69 de Guadalajara.
Señalar, por último, que uno de cada cuatro afiliados perdidos por el campo castellanomanchego —3.729 en seis años— es conquense.