En filas de la oposición hay quienes se consuelan alegando que Pedro Sánchez va a tener difícil lo de gobernar, porque a Junts no le va a resultar un socio ni fácil ni fiable, ya que le va a chantajear día sí y día también. Sí, sin duda será así, pero no hay que confundir los deseos con la realidad, tentación en la que suele caer la oposición.
Los 'matrimonios de interés' suelen ser más sólidos que los que se basan en afinidades y querencias. De manera que, en mi opinión, el matrimonio político de Sánchez y Puigdemont puede durar la legislatura.
Los dos se necesitan desesperadamente. Pedro Sánchez para seguir en Moncloa, Carles Puigdemont para regresar a España y volver a recuperar el "trono" de la Generalitat. El uno no puede hacer nada sin el otro, ni el otro sin el uno.
Así que a los que hacen apuestas y cábalas sobre en qué momento se romperá el matrimonio les diría que desechen toda esperanza por más que volvamos a asistir, que seguro asistiremos, a sesiones parlamentarias donde la señora Nogueras, la representante del señor Puigdemont, se suba a la tribuna a hacer el show de que pone contra la pared a Pedro Sánchez, mientras fuera del hemiciclo los representantes del PSOE y de Junts negocian a satisfacción de ambos.
Pedro Sánchez necesita a Carles Puigdemont y Carles Puigdemont necesita a Pedro Sánchez. Los dos lo saben y, aunque intenten engañarse el uno al otro, saben que no tienen otra opción que pactar.
Por eso me resulta sorprendente escuchar a algunos miembros de la oposición que la legislatura no puede durar en estas condiciones y que llegará un momento en que Pedro Sánchez no pueda ceder más a Carles Puigdemont.
Yo creo que el Presidente ya ha dado muestras claras de todo lo que es capaz con tal de ocupar el sillón de mando.
En un matrimonio de interés que se precie, los protagonistas no se quieren ni poco ni mucho ni nada, puede que incluso se aborrezcan, pero es más fuerte lo que les une que la animadversión que sienten. De manera que, salvo que se crea en los milagros, tenemos pareja política para rato, por lo menos para esta legislatura que se nos va a hacer la mar de larga.