El pasado más presente. Cuenca retrocedió este fin de semana hasta la Edad Media para escenificar una de fechas más importantes que explican el origen de la capital. Lo hizo, principalmente, con la representación de la conquista de esta ciudad por parte de las tropas cristinas, lideradas por Alfonso VIII, quien consiguió derrochar a las tropas moras y recuperar las llaves de la villa. Un momento que se remonta hasta 1177 y que muchos vecinos y turistas no quisieron perderse en una engalanada Plaza Mayor, con motivo de la celebración, un año más, de Cuenca Histórica. El evento volvió a lucir con luz propia y encandiló a todos los presentes por una gran puesta en escena y una gran oferta lúdica.
La teatralización del famoso acontecimiento se pudo llevar a cabo gracias a la participación de hasta 127 personajes y figurantes que hicieron de las delicias de todos los presentes de forma altruista. La expectación fue tal que, tanto vecinos como turistas, se agolparon en la Plaza Mayor incluso más de media hora antes de comenzar, sin perder de vista a cada intervención de cada uno de los personajes, tanto en el espacio empedrado como en las escaleras de la Catedral. La emoción empezó a notarse en el ambiente a la llegada de ambas tropas, que recrearon la vida de aquella época.
Esta escenificación es una realidad gracias al trabajo de la Asociación de Peñas Mateas y también por la labor del cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero, junto con la colaboración del Ayuntamiento. Sin olvidar tampoco los colectivos y asociaciones que se involucraron de forma desinteresada para que todos los demás puedan disfrutar de esta increíble puesta en escena.
Miguel Romero explicó que fue un acierto retrasar 45 minutos la famosa teatralización y destacó que «es un proyecto muy importante para Cuenca, que tienen que ver y disfrutar todos los vecinos y turistas porque es nuestra historia». Una recreación «en la que participan muchas personas de forma altruista para que todo salga muy bien y que así, podamos disfrutar entre todos». El hecho de escenificar la conquista un poco más tarde de lo habitual respecto a otros años, «nos ha beneficiado por el número de personas que hay en la Plaza Mayor, que es mucho mayor, aprovechando que la climatología es más favorable». Además, Miguel Romero, encargado de manejar los tiempos y velar para que el guion se cumpliera a rajatabla, destacó que Cuenca Histórica es un proyecto que «tiene que llevarse a cabo todos los años porque es muy bonito y siempre acaba con un balance muy positivo».
Por su parte, Mario Pinós, presidente de la Asociación de Peñas Mateas y también caracterizado como moro durante el desfile, ensalzó y agradeció «el trabajo de todas las personas que estamos aquí para completar esta teatralización que recrea uno de los momentos históricos de nuestra Cuenca». Hacerlo ante tanto público, «más incluso que el año pasado, es todo un orgullo». También es «un privilegio contar con tanta gente que quiere colaborar, que es gente de Cuenca y para Cuenca».
El espectáculo se prolongó durante más de una hora y media, y se pudieron disfrutar de distintos bailes, reivindicaciones y actos tan importantes como la entrega de las llaves por parte de las tropas moras, aunque en un principio se resistieron a hacerlo con incluso celebrándose una batalla individual con espadas, pero finalmente cedieron ante el evidente poderío de Alfonso VIII y su ejército. También hubo danzas cristinas para festejar el triunfo cristiano, así como una demostración de baile árabe o entrega de regalos para contentar al rey y a su esposa, la reina Leonor de Plantagenet.
En la teatralización aparecieron distintos personajes, tanto pequeños como mayores, como el pregonero desde un balcón de una casa o las graciosas y divertidas apariciones en escena de Martín Alhaja que, por momentos, desquiciaba o alegraba la cara a Alfonso VIII. También acompañaban músicos y miembros de las distintas peñas mateas, que portaban sus respectivos estandartes.
Personajes. Los personajes y figurantes bordaron sus papeles. La poeta Raquel Carrascosa hizo de mujer mora y recalcó que la teatralización de este hecho «es muy importante porque cuenta con una base histórica que tienen que conocer todos». Su personaje, otorgado por Miguel Romero, estaba lleno de valentía, tanto como para alzar la voz ante Alfonso VIII antes de ser desterrados de la ciudad. También fue protagonista el joven Cristina Marco, que encarnó la figura de Martín Alhaja, uno de los preferidos del público. Y es que este ilustre hombre fue «el bufón de la obra» e intenta durante toda la obra «hacer la parte más cómica para salir de la tensión de la batalla». No fue menos Ana Isabel Bougar, que asumió el difícil papel protagonista de Leonor de Plantagenet. «Cuando me lo propusieron hacer, no me lo pensé dos veces», destacó.
Así, un año más, y tras una victoria celebrada finalmente en la estatua de Alfonso VIII, la teatralización de este hecho histórico tan importante volvió a ser todo un éxito, como lo ha sido esta edición de Cuenca Histórica que ha mantenido con vida medieval la Plaza Mayor durante un inolvidable fin de semana.
Un fin de semana cargado de espectáculos. 'Cuenca Histórica' vuelve a encandilar tanto a vecinos como a turistas llegados de la geografía española y también de más allá de las fronteras. El amplio programa de esta recreación medieval hizo que la Plaza Mayor se convirtiera en el punto neurálgico de la ciudad, especialmente con un amplio mercado medieval. Hasta más de una veintena de puestos, ambientados en la época, ofrecían al público todo tipo de artículos y alimentos. También hubo un tiovivo manual ubicado en la fuente para hacer de las delicias de los más pequeños.
Los vecinos y turistas disfrutaron viernes, sábado y domingo de un programa repleto, con bufones dando la nota, música de antaño con danzas árabes, jornadas antropológicas, pasacalles con música, desfile con antorchas e incluso apareció en escena un hechicero con espectáculo de fuego y circo. También rugieron los tambores, acompañados de bailes de otros mundos. Un elenco de distintos artistas para ambientar la Plaza Mayor en época medieval.