Vino de alta alcurnia

J. López
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El caldo más caro y exquisito se fabrica en una explotación pedroñera • Cada botella de la serie 'Gold' tiene un precio de 17.000 euros

Decir Las Pedroñeras es hablar del ajo morado. No en vano, la localidad conquense se conoce mundialmente por la cosecha,  recolección y fabricación de este producto que tiene fama internacional. Sin embargo, a partir de ahora la fama de Las Pedroñeras traspasará fronteras porque en sus tierras se cultiva y elabora el vino más caro del mundo. AurumRed ha sido seleccionado como uno de los caldos excelentes que se fabrican en la Tierra, aunque si ha decidido probarlo, tenga en cuenta que tendrá que rascarse el bolsillo.
 
La serie Gold, elaborada a partir de cepas autóctonas de 120 años, de la que se embotellan únicamente 300 unidades, tiene un coste por botella de 17.000 euros. Eso sí, si lo desea puede adquirir un ejemplar de la serie Plata, de la que se producen 6.000 botellas y se vende a 600 euros. Por otro lado, si su bolsillo sólo se permite un vino más asequible, la bodega pedroñera comercializa por 16 euros un caldo blanco, sauvignon blanc, que también agradará a todo aquel que lo pruebe.
 
Hilario García es el bodeguero que cultiva en su finca variedades autóctonas, con denominación Vinos de la Tierra de Castilla, cuyas características han determinado que se considere uno de los mejores vinos del mundo. «Cuando uno de estos vinos se pone en copa, si se gira hacia un lado tiene unos aromas y sabores y si se hace hacia el otro tiene otros totalmente distintos. Este es un invento natural único en el mundo», dice el bodeguero, que añade que otra de las cualidades del AurumRed es que «una vez que se descorcha permanece durante días, semanas, meses o años inalterable». Sin embargo, la característica principal del caldo es que «a todo el que lo prueba le encanta».
 
El secreto de tal excelencia es que desde la bodega pedroñera se trata el producto, desde la misma cepa, con métodos naturales, sin productos químicos añadidos. «Se ozoniza el agua, se incluyen determinadas energías a la planta que hace que los racimos de uva sean excelentes, e incluso se hace  una clasificación de racimo en vid». Es decir, «no sólo se poda una vez en verano, sino que se hace entre ocho y 10 veces, seleccionando hasta que sólo quedan dos o tres. Incluso se escogen los granos», explica.
 
El esmero y cuidado del producto continua en el embotellado, en un envase patentado que contiene medidas que, según su fabricante, «aplicaba Miguel Ángel en sus estatuas y en sus pinturas. La regla de la proporcionalidad, pero readaptadas a lo que entendemos a la perfección en el diseño». Este conjunto de detalles hace que el vino elaborado en tierras conquenses «sea exclusivo». El proceso milimétrico, el cuidado de la planta, determina finalmente la «elegancia» del producto. «El cliente al final tiene que percibirlo», comenta el bodeguero.
 
El trato de la planta es tan exquisito que se controla el lugar de nascencia, los nuevos plantíos, la intensidad de los vientos, la escasez de agua y en un futuro las posibles caídas de pedrisco. «Ya tenemos pensado cubrirlas temporalmente para protegerlas. Lo cierto es que muchas de las enfermedades que les afectan a la gran mayoría no lo hacen en nuestras plantas». 
 
Comercialización. Cierto es que el vino considerado como uno de los más caros del mundo no se puede adquirir en cualquier tienda de licores. La serie Gold puede encontrarse en algunos establecimientos gourmet del país, además de Norteamérica, Europa y en Asia. «Como son muy pocas las botellas que se hacen, hay unos poquitos puntos en el mundo». 
 
El cliente final, que es un cliente muy especial, tiene que fiarse de que el producto es bueno, de que aquel que se lo está vendiendo se lo asegure, que después de probarlo se entusiasme y siga comprándolo, y eso es un proceso de tiempo».
 
García, que lleva varios años fabricando el caldo, asegura que nunca se ha expuesto en ninguna feria y tampoco «hemos ido a vender  ni una sola botella. Ocurre que los clientes lo han probado en restaurantes y nos han conocido. La prensa lo ha tachado como el vino más exclusivo del mundo, pero nosotros nos dedicarnos a trabajar, a hacerlo lo mejor posible y a conseguir que eso sea cierto», concluye.