Cuenca huele a cera y eso se deja notar en el día a día de la ciudad de forma irremediable. Las actividades cuaresmales de las diferentes hermandades afloran a diestro y siniestro, y este fin de semana ha sido un buen ejemplo de ello.

De esta forma, por ejemplo, el Grupo Turbas rindió un homenaje a los turbos difuntos en el grupo escultórico de la curva de Palafox en un emotivo acto que fue amenizado por un cuarteto de cuerda.

De la misma forma, la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Puente ha celebrado sus solemnes cultos cuaresmales, entre ellos el Pregón de Exaltación a cargo del doctor en Historia del Arte, Pablo Cortijo.

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Por otro lado, el alcalde Darío Dolz acompañó a la hermandad del Resucitado en la presentación de la diadema procesional que estrenará la Virgen en la procesión del Encuentro.