La dinámica triunfal en la que está envuelto el Conquense hace que el viento le sople siempre de cara. Aunque contra el Villarrubia no firmó, ni mucho menos, su mejor partido, se llevó en el zurrón tres puntos de oro para afianzarse –todavía más– al frente de la clasificación. Esa dinámica positiva le llevó además a la victoria (1-0) merced a un gol en propia meta de los manchegos, que terminaron por desesperarse ante la fortaleza, en esta jornada algo gris, de los balompédicos.
Ni locales ni visitantes lograron imponer el gobierno en el juego durante los primeros minutos. Un tanteo en el que blanquinegros y blanquiazules midieron fuerzas por igual. Un vaivén constante en la posesión que cristalizó en la ausencia de ocasiones notables en ambas porterías. Las minoritarias en este intercambio de golpes, eso sí, las tuvo el Conquense, siempre con Jairo, Coba y Antonio Fernández como estiletes. Demasiada imprecisión por momentos en la medular y falta de determinación por otros hicieron que el primer tiempo se esfumara entre la inoperancia.
La segunda parte arrancó de la mejor forma posible, con una Balompédica más enchufada y con el marcador a favor, y es que un gol en propia de Rafa García en el minuto tres sirvió para abrir el luminoso. Centro de Perujo desde la izquierda al corazón del área, donde no había nadie para rematar excepto el zaguero manchego que, incomprensiblemente, despejó hacia su portería. El tanto espoleó todavía más a los de Rober Gutiérrez, que incrementaron de forma exponencial sus prestaciones y a renglón seguido tuvieron ocasiones para horadar todavía más la diferencia con el Villarrubia. Pudo haber sido así tras el saque de un balón parado desde el flanco zurdo que remató Coba, pero el árbitro, tirando las líneas de forma milimétrica, decidió anularlo. A priori, con excesiva rigurosidad.
Victoria de líder en un partido gris - Foto: Alfonso FernándezA falta de media hora para el final, Rober movió filas y dio entrada a Jesús Serrano y Sergio Rodríguez por Perujo y Héctor Rubio. Ese movimiento en sus huestes le hizo dar un paso atrás al Conquense, que no solo bajó las revoluciones, sino que además evidenció que empezaba a jugar con el marcador.
Al filo de la media hora, el míster almeriense dio entrada a Javi Heranz por Antonio Fernández para aportar oxígeno a la zona ofensiva, por entonces muy desaparecida. El partido entró en la misma dinámica apática y cansina de la primera mitad. Sin duda, lo mejor era el resultado. Jairo y Pablo Olivares dejaron su puesto en el campo por José Vega y César Susmel. Hombre por hombre para amarrar en los últimos minutos la victoria por la mínima. No sin susto, pues el Villarrubia también vio cómo se le anulaba un gol por fuera de juego al filo del descuento.