Allá por los años 70, en Alemania, nació una línea de juguetes basada en pequeñas figuritas en las que su cabeza y su cuerpo podían intercambiarse y permitir a los niños usar su imaginación para representar una serie de temáticas y que inventasen sus propios escenarios.
Jugar con figuras de Playmobil no solo significa entretenimiento, sino una forma de conectar generaciones, ya sean de padres a hijos o entre hermanos, como es el caso de Moisés, el mayor, con Josué, el pequeño. Con el paso del tiempo, estos pequeños muñecos han trascendido más allá de su rol como juguetes, hasta llegar a ser una herramienta que une familias en un juego común, mientras fomentan la creatividad y la imaginación. Esa que puede unir en un mismo espacio al capitán Jack Sparrow con Jon Nieve y Tyrion Lannister, y que mezcla los fríos muros de Invernalia con las cálidas aguas del Caribe, surcadas por la Perla Negra. «Este es el primer año que centramos nuestra exposición en series y películas concretas, lo que nos ha permitido experimentar con nuevos formatos y expandir nuevas ideas».
Esto es posible gracias a la exposición de dos dioramas que escenifican ambos mundos, que suman entre los dos más de 500 figuras de Playmobil, como resultado de meses de preparación, búsqueda y creatividad, en los que se han utilizado piezas de distintas generaciones para dar vida a escenas detalladas que capturan la esencia de las populares obras audiovisuales. «La colección total puede rondar las 6.000 figuras, lo que nos permite adaptar las piezas de diferentes temáticas y darle vida a nuestros dioramas de forma única», señalan.
Moisés, con nueve años de experiencia, y Josué, con tres, han trabajado incansablemente para recrear estas icónicas escenas, logrando que tanto niños como adultos se sientan cautivados por la magia de estas figuras. «Nos gusta mezclar lo vistoso con lo que nos gusta a nosotros, y esto atrae a públicos de todas las edades», comentan los hermanos. A lo largo de los años, la exposición ha crecido, convirtiéndose en una tradición navideña que no solo atrae a los vecinos de Tarancón, sino también a visitantes de otros sitios cercanos.
Esta exposición se puede encontrar durante toda las fiestas navideñas en el Auditorio Municipal, algo que ha atraído durante estos años a cerca de 2.000 personas y que ya se ha convertido en una atracción más para jóvenes y mayores, que ven plasmada su juventud dentro de unas ideas, que, según cuentan los artistas, «lleva planificándose cerca de tres años», para un resultado muy atractivo y entretenido de ver, y que no deja indiferente a nadie. «El montaje de los dioramas nos ha llevado meses de preparación, buscando las piezas específicas y diseñando cada detalle para que encaje perfectamente con la historia que queremos contar.», indican.
Este montaje no solo ha implicado encontrar las piezas adecuadas, sino también adaptarlas y restaurarlas para ofrecer una experiencia lo más realista posible. «Encontrar algunas de las piezas antiguas ha sido un reto, ya que se vuelven cada vez más difíciles de conseguir, pero eso forma parte del proceso», explica Moisés.
Además de esto, y para hacer la aventura más atractiva, los hermanos Cañete han preparado una actividad interactiva para los más pequeños, con un juego de búsqueda de tres Papá Noel escondidos en los dioramas, con un premio de tres muñecos de Playmobil XXL. «Queremos que tanto los niños como los mayores disfruten de la exposición, y que se sientan identificados con las figuras de Playmobil, independientemente de la edad o el tiempo que haya pasado desde que jugaban con ellos», concluyen.
Una tradición que ha dejado una marca imborrable en la sociedad y una forma de revivir momentos y compartirlos con los más pequeños. Por eso, Playmobil no es solo un juguete, sino una ventana a un mundo que, con imaginación y tiempo, se convierte en un legado.