Una nueva borrasca está llamando a las puertas de la región y no es una borrasca cualquiera. Es la que ha estado provocando inundaciones en el centro de Europa al quedarse bloqueada. Ahora viene a la Península, permitiendo que entren vientos de Levante. El delegado de la Aemet en Castilla-La Mancha, Luis Bañón, explica que eso es "combustible para que las precipitaciones sean importantes" y ya se han empezado a registrar tormentas intensas en la costa.
El problema es que esta borrasca no se va a mover como suele ser lo habitual, lo que complica el pronóstico. "Hay activados avisos, pero son complejos, por que no hay patrón fácil de seguir", explica Bañón. Señala que no es un frente que se vaya moviendo de oeste a este, que suele ser lo común. "No es tan fácil, es complejo", apostilla.
Por ahora se prevé que hoy ya haya precipitaciones, más en la mitad este de la comunidad. Para mañana esas precipitaciones se concentrarían más por el oeste en la mañana y medio día y más al este para el final de la tarde. De todas formas, tocará estar atentos a las actualizaciones de la Aemet. "Posiblemnte a lo largo del día pueda cambiar los avisos o el nivel de avisos", apunta Bañón.
Este no es el primer episodio de lluvias intensas para el mes de septiembre. Ya comenzó movido en algunas partes de la región y en la localidad de Hellín, por ejemplo, se acumularon 90 litros por metro cuadrado el día 3.
Supercélulas en Castellar y Alamillo. Un mes más atrás, en agosto, la palma se la llevó Abia de la Obispalía con 65 litros por metro cuadrado el día 24. También fue muy importante la tormenta que cayó en Castellar de Santiago y Alamillo, en Ciudad Real, el 21 de agosto. «No tenemos pluviómetros, pero con el radar hay indicios de que pudo ser una supercélula o sendas supercélulas que tuvieron gran impacto con influencia subtropical», comenta el delegado de la Aemet. ¿Y qué es una supercélula? Básicamente es una tormenta que dura más, que puede estar generando precipitaciones dos o tres horas. «Tienen un comportamiento anómalo, una dimensión vertical más elevada de lo que es habitual», explica. Añade que este tipo de fenómenos se dan con una «baja presión bajo de la tormenta, con movimiento del aire enroscado subiendo que puede colapsar y generar un tornado». Es algo que no ocurrió en Castellar y Alamillo.
6.800 rayos en un día. Bañón destacó que este verano, entre los meses de junio, julio y agosto, ha llovido en la región un 155 por ciento más de lo habitual. La jornada con más actividad tormentosa fue el 30 de agosto, con 6.800 rayos.