Cada día es una incógnita. El precio del gasóleo o la gasolina es impredecible antes de acudir a una gasolinera, ya que varía a menudo y nunca tiene un coste fijo. No suelen contentar a los conductores, puesto que tienen que hacer cuentas casi siempre para repostar el depósito de sus vehículos. Y es que el precio de los combustibles cambia respecto al primer día de este año, si lo comparamos con los costes que marcaron ayer las gasolineras de la capital. En concreto, la gasolina sin plomo 95 ha crecido casi 20 céntimos por litro, teniendo en cuenta que ha pasado de 1,612 a 1,799 euros por litro. Lo mismo sucede con la de 98 octanos, con una subida de 16 céntimos, ya que cuando el 1 de enero el surtidor registraba 1,788 euros por litro, ahora es de 1,949. Teniendo en cuenta esta tarifa, los conductores que tienen un vehículo de gasolina echan menos cantidad de combustible por la misma cantidad de dinero.
En cambio, el gasóleo mantiene el tipo y sus precios son prácticamente iguales que hace más de seis meses. A un conductor le sale 0,022 euros más caro cada litro que echa al depósito de su vehículo. Si lo hace además con la variedad de diesel plus, el precio es el mismo tanto ayer como el pasado 1 de enero.
Juan Aymami repostó ayer su coche en horario matutino. Él reconoce que ha notado «un montón la diferencia en unas semanas a otras». Aymami explica que cada día es una «incógnita en el precio» y asegura que «siempre es al alza». No obstante, a este conductor no le queda otra que repostar porque «lo necesito para el día a día». Por su parte, otro conductor, Pablo García, asegura que «cada verano siempre suben los precios porque se sabe que la gente se mueve más y hay muchos más desplazamientos». Además, lamenta que «cada vez lleno menos el deposito con la misma cantidad de dinero».
Viajes. Carmen Martínez también pasó ayer por una de las gasolineras de la capital y reconoce que «es una sorpresa cada vez que vengo, que se traduce en negativo porque siempre está más cara la gasolina». Carmen, que partirá este fin de semana de viaje de vacaciones, explica que «no queda más remedio que repostar porque tengo que usar el coche para viajar con mi familia». Eso sí, esta conquense revela que «intento coger el coche lo menos posible para ahorrar, ya que no está la situación como para derrochar». Como alternativa, reconoce, además, que aprovecha los días donde el precio cae «para llenar el depósito entero y así no tengo que echar gasolina cuando vuelve a subir». De una u otra forma, los conductores afrontan precios diferentes a menudo, por desgracia ya acostumbrados a ello, y confían en que, al menos, «no lleguemos a la situación tan cara que vivimos donde se sobrepasaban los dos euros por litro», exclama Juan Aymami.
Evidentemente, el precio del combustible será toda una incógnita de cara a las siguientes semanas, ya que podrá descender o aumentar dependiendo del precio diario del petróleo en el mercado internacional, los costos de refinación y transporte, las políticas gubernamentales y la oferta y la demanda. Toca cruzar los dedos.