Las lluvias de enero han hecho subir las reservas en los embalses de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía. Abandonan la situación hidrológica excepcional, o nivel 3, y suben así al nivel 2. Eso en la práctica se traducirá en un trasvase que para este mes de febrero podrá ser de 27 hectómetros cúbicos, siete más que el volumen autorizado en el pasado mes de enero. 

A 1 de febrero, que es la fecha que se mira para calcular los niveles, Entrepeñas y Buendía acumulaban 740 hectómetros cúbicos. En concreto Entrepeñas tenía 335 hectómetros cúbicos y Buendía 405. Pero en este caso no es oro todo lo que reluce, o literalmente no toda esta agua se puede contabilizar dentro de las reservas de la cabecera del Tajo. A esta cifra de 740 hectómetros cúbicos hay que restar todas las cantidades que se han aprobado desde octubre para trasvasar al Levante y que están pendientes de enviar porque en el Tajo-Segura se están haciendo labores de mantenimiento. 

Según el informe técnico que hizo Cedex enero, a comienzos de año quedaban todavía 47,5 hectómetros cúbicos que habría que mandar al Levante, una cifra a la que hay que sumar los 20 hectómetros cúbicos autorizados el mes pasado. Incluso restando esos 67,5 hectómetros cúbicos, las reservas en Entrepeñas y Buendía quedarían en 672,5 hectómetros cúbicos. Es una cifra que está por encima de lo que marca la separación entre los niveles 3 y 2 de reservas, que para el mes de febrero está en los 597.

El técnico asesor de los Municipios Ribereños, Miguel Ángel Sánchez, reconoce que se crea una «sensación ficticia» en los embalses, pues luego se trasvasará todo lo acumulado. Y se hará sobre todo en verano, cuando llueve menos.