La incidencia de la gripe está en pleno ascenso estos días y aunque el pico de casos por la epidemia llegará a la provincia dentro de una o dos semanas, los estragos de las bajas temperaturas invernales ya se dejan notar. De hecho, son ya siete las muertes atribuibles a las temperaturas, en este caso al frío, desde que comenzó el invierno.
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, cifra en siete el número de víctimas mortales desde el cambio de estación en Cuenca. En concreto, atribuye al frío la muerte de cuatro personas en diciembre y de otras tres en enero. En este mismo periodo fallecieron 193 personas, que se reparten entre los 152 fallecimientos de diciembre y otras 41 en lo que va de año.
Además del aumento de la incidencia de la gripe, a partir del domingo las previsiones meteorológicas prevén un desplome de las temperaturas por lo que es previsible que la cifra de fallecidos aumente. No se lleva ni un mes de invierno y la cifra de fallecidos ya supera a la del mismo periodo del año pasado, cuando hubo tres. Un año antes, en el periodo invernal 2022/23 la cifra de muertes atribuibles al frío fue de 21. Es la mayor desde 2015, según los datos que ofrece el MoMo.
Este sistema de monitorización es una herramienta que permite identificar las desviaciones de mortalidad diaria observada con respecto a la esperada según las series históricas de mortalidad. Según estos datos, el año pasado se notificaron 1.962 fallecimientos en la provincia de Cuenca, de los que 19 fueron atribuibles a las temperaturas.
De estos fallecimientos en la provincia, seis fueron a causa del frío. En concreto, dos en enero del año pasado y cuatro en diciembre. Por tanto, es el calor el factor que más muertes ocasiona entre las causas atribuibles a las temperaturas. Julio y agosto fueron los meses más letales en Cuenca, ya que la subida del mercurio en verano, dejó seis muertos en julio y otros siete en agosto.
A pesar de que 2024 fue el año más caluroso en el mundo y el primero que supera el límite de los 1,5 grados que se estableció como objetivo en el Acuerdo de París, no fue el ejercicio que más muertes causó a lo largo y ancho del territorio conquense. De hecho, la cifra de 19 fallecimientos es la menor desde 2015.
Los datos del sistema de monitorización revelan que 2022 fue el año con más muertes atribuibles a las temperaturas, al contabilizar 91 decesos, por encima de los 49 de 2023 En 2020, año de la pandemia hubo 36, aunque el exceso por todas las causas ascendió a 709.