La violencia filio-parental, aquella ejercida por los hijos e hijas sobre sus progenitores o aquellos adultos que ocupan su lugar es un grave problema social, en muchas ocasiones «invisible», pero no por ello menos real. Y es que solo se denuncian los casos más graves, entre el 10 y el 15% del total, según pone de manifiesto la Fundación Amigó especializada en este asunto.
Un fenómeno social del que la provincia de Cuenca no es ajena, aunque, eso sí, se sitúa a la cola del ranking nacional. Y es que el último informe de la Fundación Amigó 'Violencia filio-parental en España' correspondiente a 2023, elaborado a partir de los datos de la Fiscalía General del Estado, indica que Cuenca despidió ese ejercicio con cinco casos de agresiones de hijos a sus padres.
Eso sí, se excluyen aquellas puntuales, las que se producen en un estado de disminución de la conciencia que desaparecen cuando ésta se recupera, el autismo o la deficiencia mental grave y el parricidio sin historia de agresiones previas.
- Foto: Elaboración propiaCon estos cinco casos, Cuenca quintuplica los expedientes a jóvenes por este tipo de delito contabilizados en 2022, con tan solo uno, aunque no deja de ser la segunda cifra provincial más baja de todo el país, solo superada por Salamanca, con tres, e, incluso, se sitúa por debajo de los niveles de prepandemia; en concreto, un 50%, ya que en 2019 se registraron una decena.
Le siguen en la parte baja del listado nacional provincias como Teruel, también con cinco agresiones, así como Álava y Soria, con seis; o Segovia y Palencia, con ocho.
En el polo opuesto, se colocan provincias como Madrid, con 764, seguida de Sevilla (470), Valencia (433), Tenerife (252) o Baleares (215).
- Foto: Elaboración propiaEn Castilla-La Mancha, la violencia filio-parental se concentra especialmente en la provincia de Guadalajara, donde se registraron 22 casos en el citado periodo, seguida de Toledo, con 19; Albacete y Ciudad Real, con 11; y Cuenca, en último lugar, con cinco.
Y eso, a pesar de que Cuenca y Toledo fueron las únicas provincias castellanomanchegas que vieron incrementar este tipo de violencia en el último año.
No en vano, Guadalajara experimentó un descenso de cinco casos, mientras que Albacete lo hizo en tres y Ciudad Real, en ocho.
- Foto: Elaboración propia.Perfil. La edad media de los jóvenes agresores ronda los 15 años y la de los progenitores agredidos los 43, tal y como indica el citado informe, con una muestra de más de un millar de personas.
El problema de violencia se presenta en el 71,1% de los casos cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años de edad, de los que el 56% son chicos y el 44% restante, chicas.
Sin olvidar, que en el 23% de los casos han sufrido acoso escolar, en el 49% hay algún tipo de adicción y en el 54% han disminuido su rendimiento escolar.