Cuenca, un lienzo inspirador

Manu Reina
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Concha y Marisa llegan a esta «increíble ciudad» desde Valencia para pintar sus «fantásticos paisajes» y ampliar sus colecciones de cuadros

Cuenca, un lienzo inspirador - Foto: Manu Reina

Los pintores necesitan normalmente oleadas de inspiración cuando amarran el pincel entre los dedos de la mano. Muchos luchan contra el síndrome de la hoja en blanco porque no es fácil pintar de la nada. Pero es cierto que todo es mucho más sencillo cuando el escenario acompaña, ya que las ideas, una tras otra, empiezan a recorrer la mente. En esos casos, tan solo queda dar rienda suelta al talento. Y qué mejor que aprovechar las vistas panorámicas y los rincones de Cuenca para que el lienzo cobre vida. 

Los artistas lo saben. De hecho, cada año llegan a la capital cientos de ellos para dibujar los maravillosos paisajes naturales y sus magníficas y panorámicas vistas. Las características de la ciudad, con sus hoces, monumentos y calles, convierten a Cuenca en uno de los destinos preferidos para los amantes y profesionales de la pintura. Tanto que incluso regresan a casa en cada viaje con más de una decena de obras bajo el brazo. 

Concha Sáez y María Lomas son conscientes de ello. Las dos proceden de Valencia y han aprovechado una estancia en la capital de cuatro días para tirar de acuarela e inmortalizar distintos espacios y lugares de esta ciudad. Con caballete en una mano y bolso, lleno de pinceles y pinturas, en la otra, además de llevar una mochila en la espalda, han detenido el paso allá donde la escena les atrapaba. En esta ocasión, «hemos pintado una parte de las Casas Colgadas desde abajo, concretamente en el paseo del Huécar». Las alturas y la morfología del entorno es «idóneo para pintar grandes cuadros», apunta Concha. También han usado varios lienzos para dibujar la Iglesia de San Pedro y el Museo de Arte Abstracto. Lo mismo han hecho con la cuesta de la calle Palafox a la altura de la Audiencia Provincial. El motivo no es otro que «aprovechar esta ciudad tan bonita porque ofrece un amplio abanico de posibilidades», recalca Marisa. 

Con una media de tres a cuatro horas, cada una ha elegido los colores oportunos que la propia imagen real les ofrece. Con sutileza, tranquilidad y aprovechando «la magnífica temperatura», las obras «salen solas». Y es que Cuenca es «una ciudad preciosa y un destino ideal para pintar», no solo por sus paisajes, sino también porque «el sonido del agua y el de los pájaros también favorecen la creatividad», señalan. También ayuda mucho que «los vecinos y turistas que pasan por delante de nosotras, nos animan, detienen el paso para ver cómo lo estamos haciendo y también nos cuentan sus vivencias personales». 

Catedral. Tanto Concha como Marisa, acompañadas por una amiga más, no podían marcharse de aquí sin «ilustrar la seña de identidad»: la Catedral. De hecho, «es lo primero que hicimos porque es un monumento extraordinario». Y es que ambas, integrantes de la agrupación valenciana de acuarelistas, conocían la ciudad con anterioridad porque «no es la primera vez que nos escampamos para venir». Incluso, «solemos fijar a Cuenca en el calendario de salidas que hacemos cada año». No será la última vez que recorran la ciudad porque «prometemos volver, es algo que tenemos muy claro». 

En cada parada que han hecho han captado todos los detalles por muy difíciles que parezcan a simple vista. El hecho de elegir la acuarela como material se debe a razones lógicas de logística. Ya que es «más práctico y se seca antes, porque la técnica de óleo tarda mucho más». Tras haber completado «satisfactoriamente» su experiencia artística en Cuenca, regresan a casa con «una gran satisfacción personal» y unas obras que «podremos exponer en Valencia o directamente vender a aquellas personas que lo deseen».

Concha y Marisa no son casos aislados, ya que cada semana llegan a la ciudad numerosos artistas que quieren aprovechar las bondades turísticas de la ciudad para ampliar sus colecciones de obras. Eso hace que el turismo de pintura tome fuerza y sitúe a la capital como el escenario perfecto para pintar.