La 'sangría' de autónomos no se revierte en 2024

J.L.E.
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La presidenta de CEAT, Sandra Vilar, subraya las dificultades del pequeño empresario «para que crezca el número de trabajadores por cuenta propia» y reclama «menos incertidumbres»

La ‘sangría’ de autónomos no se revierte en 2024 - Foto: Reyes Martínez

El tejido empresarial de la provincia de Cuenca tiene en los trabajadores autónomos uno de sus principales baluartes. Sin embargo,  el año volvió a cerrar con un descenso de trabajadores por cuenta   propia y sigue sin revertirse esta tendencia. Los datos de la Seguridad Social reflejan que el pasado es de diciembre  cerró con 18.222 personas inscritas en el Régimen Especial a provincia frente a 18.241 trabajadores por cuenta propia que había  que hace un año, lo que supone un descenso de apenas un 0,1%.

Sin embargo, pese a que solo se trata de 19 autónomos menos, el año vuelve a cerrar en negativo. «Se trata de un ligero descenso que prácticamente sitúa a la provincia con los mismos autónomos que el año pasado y es que son muchas las dificultades que sufre el pequeño empresario para que pueda crecer el número de trabajadores por cuenta propia», señala Sandra Vilar, presidenta de la Asociación Intersectorial de Autónomos de Cuenca  (CEAT Cuenca).  

La cifra de 18.222 autónomos está lejos de las pretensiones de lo que pretende CEAT Cuenca porque «lo ideal sería un número de autónomos en la provincia que se acercara a los 20.000, pero para eso necesitamos un ciclo económico más positivo, con menos incertidumbres».

Los autónomos son la parte más débil del tejido productivo y en este escenario es difícil aventurar qué va a pasar este año, algo que, una vez más, tendrá mucho que ver con la estacionalidad. «Es muy complicado hacer una previsión, pues estamos ante la parte más débil del tejido productivo y cada cambio o dificultad nos afecta mucho más. De momento, –prosigue Vilar– estamos viendo que al número de autónomos está moviéndose por la estacionalidad, dependiendo de las épocas de mayor o menor actividad y eso es lo que parece que ocurrirá el año próximo».

El efecto de la estacionalidad es evidente y desde CEAT Cuenca se evita especificar cuál ha sido el sector más positivo para los emprendedores y autónomos en 2024.  «Quizá el enfoque no tiene que ser tanto sectorial, porque cada vez están diversificándose más los negocios, sino temporal, y es que los datos de autónomos en la provincia y su comportamiento se ha movido durante todo el año por una cuestión estacional, como ha sucedido con los datos del empleo».

En cuanto a la rentabilidad del año pasado, Vilar cree hay que analizarlo desde otro punto de vista. «Quizá tengamos que ver más la rentabilidad que han tenido porque los autónomos se han visto muy afectados por la inflación y, aunque algunos hayan tenido que subir precios de manera casi obligada para poder tener márgenes, quizá no haya sido suficiente para recuperar sus cuentas», concluye.

Los retos: SMI y reducción de la jornada laboral. Los autónomos se enfrentan al inicio de 2025  a importantes retos como el aumento de los costes laborales ante el nuevo aumento del Salario Mínimo Inteprofesional (SMI) o la reducción de la jornada laboral.  En cuanto a los costes para los trabajadores por cuenta propia, Sandra Vilar sostiene que «cualquier incremento de los costes laborales afecta en mayor medida a las empresas que menor tamaño tienen, en este caso a los autónomos, que tienen menos margen para recuperarse. La propuesta de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en relación con el SMI es una subida de 50 euros al mes en 2025, con lo que se quedaría en 1.184 euros al mes con 14 pagas.

El otro frente abierto por Díaz, que enfrenta al Ministerio de Trabajo con el Ministerio de Economía, está en relación con la reducción de la jornada laboral. La responsable de CEAT Cuenca también está a la espera de que se concrete. «Habrá que ver cómo se articula finalmente porque los que somos autónomos trabajamos solos o contamos con un número reducido de trabajadores, y sabemos que nuestra jornada laboral es infinita». No obstante, Vilar tiene claro que tendrá efectos y que «cuando se apruebe lo normal es que suponga directamente un incremento de los costes laborales que ya de por sí se han aumentado estos últimos años demasiado, castigando productividad y también viabilidad de muchos negocios».