Nuevo año, nuevo escenario. Tras casi dos años de oposición frontal del Partido Popular al cierre del tramo Tarancón-Utiel de la línea férrea Madrid-Cuenca-Valencia y, por consiguiente, al Plan XCuenca, la decisión en diciembre del Tribunal Supremo de levantar las medidas cautelares contra dicha supresión y el cambio radical de postura de la dirección regional del PP, la pasada semana, han dado un vuelco total al statu quo en torno a esta polémica, que tantos titulares y protestas ha generado en este tiempo.
Y es que las declaraciones del pasado jueves en Cuenca del presidente regional del PP, Paco Núñez, en las que asumía el cierre de la línea y exigía con rotundidad la ejecución de las inversiones del Plan XCuenca, dejaron 'descolocados' a muchos, y no solo de su formación, sino también del PSOE, que gobierna en las administraciones implicadas en la consecución de este proyecto, como son el Estado, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento de Cuenca.
Gobierno regional. Las reacciones no se hicieron esperar y, por ejemplo, el vicepresidente primero del Ejecutivo autonómico, José Luis Martínez Guijarro, que se encontraba de visita en Mira, tras recordar que «el Plan XCuenca lleva dos años de retraso por culpa del Partido Popular», mostraba su alegría por este cambio de postura, aunque matizaba que esperaba que «no lo hicieran por cálculo político, sino por convencimiento de que es una actuación imprescindible para Cuenca».
- Foto: Elaboración propiaY es que, a su juicio, «es la más importante y urgente que tiene la ciudad», de ahí que recalcara que «desde el Gobierno regional, vamos a destinar todos los esfuerzos necesarios para implementar esta actuación y coser urbanísticamente la capital».
Más crítico se mostró ante la premura exigida por el líder popular para ejecutar las inversiones del Plan XCuenca, sobre todo, «cuando el PP en la provincia, en el gobierno y en la oposición, ha paralizado obras imprescindibles para el futuro de Cuenca», en clara alusión al Hospital Universitario y al propio Plan XCuenca.
Y, de la misma manera, afeó a los populares que acusaran al Gobierno regional de «no acometer ninguna inversión en Cuenca» y recordó al propio Núñez que el pasado 19 de diciembre saludó a los Reyes de España en el nuevo Hospital Universitario, «una infraestructura que está ahí, no por generación espontánea, sino después de nueve años de obras», subrayó.
Terrenos de ADIF en la capital conquense. - Foto: Reyes MartínezNo obstante, hizo un llamamiento al PP para que «se sume al diseño de este proyecto», que, tal y como precisó «no es solo de esta legislatura y la siguiente, sino de varias, por lo que tenemos que estar todos de acuerdo en cómo queremos que esa cicatriz urbanística se resuelva de una vez por todas».
Diputación. En términos similares se pronunciaba el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, quien celebraba el cambio de postura de Núñez e incidía en que «ahora es tiempo de trabajar todos de mano», porque, según hizo hincapié «èste es un proyecto de provincia, con aval social y judicial, y, después de perder dos años, hay que mirar hacia adelante».
Eso sí, mostraba, al mismo tiempo, su deseo de que ese cambio de postura de la dirección regional «también implique al resto de responsables provinciales del PP», si bien reconocía que «eso lo tendrán que dirimir en su seno, aunque al final se va a caer por su propio peso, porque el proyecto es bueno para la ciudad y la provincia», concluía.
Pueblos con el Tren. Pero ese cambio de postura no parece ser algo generalizado en las filas del PP y por ejemplo el alcalde popular de Huete y portavoz de la Plataforma Pueblos con el Tren, Francisco Javier Doménech, en declaraciones a La Tribuna, se mantenía firme y aseguraba que «seguimos defendiendo lo que creemos que nos pertenece y lo que creemos que nunca se tenía que haber eliminado, porque es perjuicio para la provincia y para Cuenca».
Insistió, asimismo, en que «las inversiones no son incompatibles con la línea férrea» y aseguró que «el Plan XCuenca es negativo para la provincia», por lo que reivindicó el seguir con la misma postura y «no aceptar un plan que elimine el tren».