Volodimir Zelenski era actor y guionista de profesión. Pocos podían imaginar, ni siquiera él mismo, que su papel de 2015 en la serie de televisión El servidor del pueblo, en la que encarnó a un profesor de Historia que llega a la Presidencia de la nación, se convertiría en realidad. Y menos aún que sería una distinguida figura política internacional por dirigir un territorio en guerra tras la invasión rusa.
Hace cinco años, el que fuera cómico asumía el cargo de presidente de Ucrania comprometiéndose a tomar «decisiones difíciles» para conseguir un alto el fuego en el este de su país, inmerso en un conflicto desde que separatistas prorrusos declararan la independencia de dos regiones en 2014. Un lustro después, Zelenski agotó ayer su primer mandato sin la perspectiva de poder volver a celebrar elecciones y consolidado como un símbolo de la resistencia.
«Puedo asegurarles que estoy preparado para pagar cualquier precio para que dejen de morir nuestros héroes», dijo entonces a la Rada Suprema (Parlamento) tras ser elegido con un abrumador 73 por ciento de los votos gracias a un programa de regeneración democrática que incluía la promesa del diálogo.
Pero el sino de su mandato empezó a cambiar de forma dramática a finales de 2021, cuando el despliegue de tropas en la frontera ordenado por el líder del Kremlin, Vladimir Putin, dejó claro que de nada había servido la apertura de Zelenski a buscar una salida pactada al conflicto en el Donbás.
Poco después, el 24 de febrero de 2022, la amenaza se consumó y Moscú atacó por tierra, mar y aire toda Ucrania. Así, el dirigente pacifista asumió el liderazgo del Ejército, negándose a dejar la capital e inspirando a millones de personas en todo el mundo con su coraje para hacer frente al enemigo.
Vestido casi siempre con la camiseta verde militar que ya le caracteriza, inició una etapa de actividad frenética ininterrumpida para dirigir la resistencia, gestionar un país en guerra, mantener la moral de la población y convencer a sus aliados para que le apoyen, ganándose el respeto de los líderes y la opinión pública internacionales.
De no ser por la invasión del Kremlin, es probable que Zelenski hubiese tomado ayer posesión de un segundo mandato. Sin embargo, tras un breve debate en otoño de 2023, se llegó al consenso de que el actual líder ucraniano conservaría el cargo mientras esté en vigor la ley marcial y hasta que las circunstancias permitan unas elecciones seguras y competitivas, un consenso que sigue manteniéndose al expirar su primera legislatura.
Independientemente de la opinión sobre el presidente pacifista que se convirtió en líder de talla mundial en tiempos de guerra, una gran mayoría de los ucranianos y prácticamente todos sus representantes políticos son conscientes de la imposibilidad de ir a las urnas bajo las bombas.
Ahora, a sus 46 años y visiblemente afectado por el peso de sus responsabilidades, el antiguo actor no solo retiene la legitimidad y el apoyo de sus ciudadanos, sino que cuenta con unos niveles de fama global muy superiores a los que cosechó como intérprete de éxito en el mundo rusohablante del que hoy quiere separarse para siempre.