Grupo Alborada ha decidido dar respuesta a la creciente preferencia por la cremación que está produciéndose y por este motivo ha dotado a sus instalaciones, situadas en el Tanatorio San Julián de Cuenca, ubicado en la Avenida Cruz Roja, antigua carretera de Madrid, de un nuevo horno crematorio.

En datos, en la capital, la cremación está superando en la capital al 40% de la demanda en los fallecimientos, frente a la más tradicional inhumación.

Desde el Grupo Alborada señalan que es una alternativa moderna y respetuosa que cada vez es más escogida por las familias y este aumento en la elección de la cremación como método de despedida, ha llevado a Grupo Alborada a realizar esta importante inversión, valorada junto con la obra civil necesaria, en torno a los 200.000 euros.

Además de brindar un servicio más completo dentro de un mismo complejo y con apertura 24 horas, este nuevo horno crematorio representa un avance hacia la eficiencia y la sostenibilidad.

El crematorio está equipado con tecnología de vanguardia y permitirá una gestión más eficiente del proceso, reduciendo así el consumo de combustible y las emisiones asociadas, en línea con el compromiso de Grupo Alborada con la protección del medio ambiente.

Esta iniciativa marca un hito importante en la oferta de servicios funerarios en Cuenca. Establece a Grupo Alborada como líder en la satisfacción de las necesidades cambiantes de la comunidad y refleja su compromiso con la excelencia y la innovación en el sector funerario.

Inauguración. El gerente del Grupo Alborada, Ramón Huerta, ha sido el encargado de inaugurar y enseñar estas nuevas instalaciones a las autoridades que se acercaron a las instalaciones a conocer esta novedad. Junto al gerente inauguraron estas nuevas instalaciones el delegado provincial de Sanidad, José María Pastor; el diputado regional Ángel Tomás Godoy, además del párroco de San Clemente, Alberto García, que fue el encargado de bendecir esta adquisición.

Ramón Huerta ha destacado que "con este nuevo servicio en Cuenca, permitimos a las familias una despedida digna, dentro de un mismo complejo y en un entorno más amable y con apertura 24 horas evitando que como ocurría en demasiadas ocasiones, al haber sólo uno y con horario limitado, las familias tenían que esperar más de 36 e incluso 48 horas para despedir a su familiar".