El Museo de Cuenca fue inaugurado, en el edificio que ocupa actualmente (C/ Obispo Valero, 12), un 25 de marzo de 1975. Desde los primeros años, con Manuel Osuna de director y Francisco Suay como conservador se convirtió en un referente cultural de la ciudad y sacó del anonimato un valioso patrimonio artístico, arqueológico e histórico en toda la provincia de Cuenca.
Hoy, 50 años después, el Museo de Cuenca sigue actualizando su exposición y su labor se extiende a actividades didácticas, ciclos de conferencias, apoyo a investigadores, exposiciones temporales, incremento de fondos, etc...con Miguel Contreras al frente de la institución durante los últimos tres años.
El actual director asegura que «estos aniversarios, me los tomo personalmente como un punto de partida más que como una meta. El museo tiene una gran trayectoria. Era junto con el Museo Arte Abstracto, el eje cultural de la ciudad. Por aquí pasaban todos los grandes artistas y ha sido el centro de mucha de la difusión cultural en la ciudad. Ahora, por suerte, hay muchas más asociaciones y mucha más variedad, pero en su momento fue uno de los ejes vertebradores de la Cuenca que hoy conocemos».
Contreras precisa que el actual Museo de Cuenca es el heredero del Museo Provincial y ha sufrido una lógica evolución durante este medio siglo de existencia. «Tenemos tres tipos de colecciones: Etnográfica, Bellas Artes y Arqueología. Los ritmos de crecimiento son distintos, claramente. Tanto Bellas Artes como Etnografía crecen fundamentalmente a partir de donaciones o, en algunos casos, por compras pero muy puntuales. Pero la rama de arqueología crece muchísimo porque somos depositarios de todos los restos arqueológicos que hay en toda la provincia». Recuerda con orgullo que Cuenca ha sido un referente en la arqueología de la península ibérica «porque Cuenca es la llave, es un punto privilegiado porque es la llave entre la meseta sur y la meseta norte. Pero también es un punto de contacto entre el interior y el este. En el museo te encuentras piezas de cerámica griega, alguna pieza de arte egipcio... La ventaja de Cuenca es que tenemos de todo porque somos el centro de todo. Por aquí ha pasado todo el mundo».
Fondos. El director no duda en afirmar que «tenemos unas colecciones que ya quisieran muchos museos. Ahora mismo, la superficie dedicada a exposiciones ocupa unos 2.000 metros cuadrados en tres plantas. Las colecciones crecen pero la superficie no crece. Ahora mismo se conoce como Museo Arqueológico, algo que realmente no es. Tenemos muchos y muy buenos cuadros de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI que son muy interesantes para conocer la trayectoria de la ciudad. Según el último censo, tenemos en torno a 1.900 piezas expuestas».
En cuanto a futuras incorporaciones. Miguel Contreras ha indicado que «acabamos de exponer la vitrina de arte levantino. Es una ocasión prácticamente única de ver en un museo piezas originales de pintura rupestre. Podemos presumir de que en nuestro museo se puede ver arte rupestre original y además asociado a un proyecto de investigación muy sólido. Tenemos pendiente sacar una falcata íbera en breve que hemos podido consolidar y restaurar». Se trata de una espada de origen íbero procedente de una excavación realizada en Arcas del Villar vinculada a obras del AVE. «Intentaremos sacarla a una vitrina como novedad del mes y luego lo incorporaremos a la exposición».
Cumplidos los 50 años, la ampliación es uno de los principales retos de futuro para el Museo de Cuenca. «Es el reto de todos los museos. Y de este también. Es una de las pocas cosas en la que no somos originales. Llevamos trabajando muy duro en ello. Lo que podemos hacer es darle mucha visibilidad para que todo el mundo entienda que el museo necesita una ampliación, porque necesitamos contar la historia. Y es lo que estamos haciendo, darle mucha actividad al museo con ciclos de conferencias, exposiciones..." El director destaca que «la ampliación es necesaria, pero además tenemos que cambiar el discurso también. Hay que hacer un discurso moderno desde el punto de vista museográfico. Lo que hay que hacer es un proyecto de conjunto con unas tecnologías modernas que ahora mismo no tenemos. Es cierto que la incorporación de piezas se encuentra con la limitación del espacio, pero no se trata solo de espacio, hace falta modernización y renovación del discurso».