Lo de la inflación en Castilla-La Mancha parecía una maldición bíblica, pero tenía su porqué. Durante los meses en los que más subían los precios en España, esta región, sin ser ni la más grande ni la más poblada ni la que tiene el mayor PIB, lideraba la lista de las que sufrían un mayor alza del coste de la vida. El Banco de España lo ha corroborado con datos en el informe que se publicó ayer sobre 'La heterogeneidad regional en la evolución reciente de la inflación en España'. En cinco años la inflación en el país creció un 18,9 por ciento, tal y como se comprueba comparando los datos de junio de 2019 con los de 2024. En el caso de Castilla-La Mancha es más, un 21,2 por ciento, lo que supone una subida de precios por encima del cuatro por ciento cada año. Es la región con mayor inflación para este período de todo el país. Hasta ahí, poca sorpresas. La clave está en las causas.
El informe del Banco de España apunta que estas diferencias entre comunidades se deben «a la composición de las cestas de consumo de los hogares». Una de las claves en ese sentido es que Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma en la que tiene mayor peso el componente de productos energéticos en el consumo total, representando un 11,1 por ciento (la media del país es de un 9,7). Eso ha influido mucho en la inflación, dado que es uno de los componentes en los que más subieron los precios, con un 25,8 por ciento en cinco años. El estudio subraya que en Castilla-La Mancha es muy importante el peso de combustibles para el hogar, algo que se explica por las dificultades de ampliación de la red energética en zonas rurales. Destacan que la contribución de los combustibles para el hogar a la inflación ha sido «particularmente elevada en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra».
Otro de los componentes destacados es el de la alimentación, bebidas y tabaco. El peso del consumo total en la región es del 25,4 por ciento, el segundo más alto por detrás de Extremadura. Precisamente la alimentación es la que registra una mayor inflación en estos cinco años, siendo del 34,3 por ciento en Castilla-La Mancha desde junio de 2019.
Una de las áreas en las que menos crecieron los precios fue la de servicios, con una subida del 14,6 por ciento. Pero eso a Castilla-La Mancha no le compensa tanto. Aunque representa un 42 por ciento del consumo total, es el segundo porcentaje más bajo del país.
Por último los bienes industriales representan un 21,5 por ciento del consumo y arrojaron la menor inflación, un 10,6 por ciento.