Las turbulencias económicas afectan de lleno a un sector estratégico como es la construcción. Por delante hay retos importantes y Rafael Cortés Contreras (Cuenca, 1967), nuevo presidente de la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción y Afines (Apymec), los asume con el objetivo claro de defender los intereses de un sector que en la provincia aaglutina a unas 120 empresas. Inflación, falta de mano de obra o los efectos de la situación geopolítica son un buen ejemplo de los malos tiempos que corren en la construcción. La receta que Cortés propone pasa por demandar una mayor agilidad a las administraciones en la aprobación de licencias, un nuevo Plan de Ordenación Urbanística en la capital o mejorar las autovías con Valencia, Teruel, Guadalajara y Albacete, entre otras cosas.
¿Qué supone para usted tomar las riendas las riendas de la asociación que representa en la provincia a las empresas del sector de la construcción?
Ilusión y compromiso. Es sin duda una gran responsabilidad porque estamos hablando de un sector muy importante que cuenta en Cuenca con empresas que son referentes a nivel regional y nacional tanto lo que tiene que ver con la obra pública como con la construcción de viviendas. Mi papel aquí, supone, representar los intereses del sector ante las administraciones y todos aquellos organismos que intervengan en el día a día teniendo en cuenta siempre los objetivos globales sobre los intereses particulares. Ayudar a la formación de las empresas en aspectos tan importantes como la seguridad, nuevas tecnologías, digitalización la reducción de niveles de Co2, entre otros, son algunos de los retos.
¿Cuáles son los objetivos se plantea al frente de Apymec?
Reitero que lo más importante es la defensa de los intereses del sector con administraciones y otras instituciones, pero no frente a ellas, sino ofreciéndoles nuestra colaboración para indicarles que es lo más conveniente desde nuestro conocimiento de la realidad y del día a día de nuestro sector. Asimismo, nuestra obligación es hacer llegar a las empresas la información que les pueda afectar en lo que tiene que ver en cuanto a cambios legislativos financieros ayudas y subvenciones, para estar así al día de todo. Por último, mi intención es hacer crecer en número de asociados que en este momento somos unos 120, desde grandes empresas a autónomos, y la idea es conseguir más asociados que se sumen a nosotros y reciban un buen servicio.
Enero y febrero registraron la segunda peor cifra de operaciones de compraventa de los últimos cinco años en la provincia. ¿Qué panorama vislumbra?
Después del efecto rebote que vimos tras la pandemia, ahora mismo nos enfrentamos a otra grave crisis para el sector y es la que está relacionada con la inflación, que ha incrementado de manera notable los precios y por lo tanto también puede afectar a las ventas y operaciones que se realicen sobre inmuebles. Si a esto le sumamos que la financiación para comprar pisos o casas es cada vez más cara por la subida de los tipos de interés, resultando una disminución de hipotecas firmadas en un 17%, y a unos precios más caros, esto indudablemente paraliza las operaciones.
¿La bajada de los tipos de interés y que las hipotecas dejen de encarecerse revertirían la situación del mercado de compraventa?
Es una de las partes que tienen que cumplirse. Parece que el Banco Central Europeo ha cambiado la tendencia y hay previsión de bajadas ante la estabilización de la inflación siguiendo los pasos de la Reserva Federal Americana que ya ha reducido el famoso "cuartillo". Por lo tanto, la inflación parece que se modera, y los precios parecen estables, incluso han disminuido tímidamente, habrá que ver cómo evolucionan el coste y condiciones de las hipotecas y su repercusión positiva en el sector inmobiliario. Sería muy interesante que se tomaran medidas tendentes a incrementar la construcción de vivienda protegida con el fin de poder atender las necesidades de familias y personas más jóvenes, atendiendo una demanda del mercado y también impulsando el sector.
¿En que parte de provincia se construyen más viviendas?
Hablar de cifras de construcción de viviendas en un momento en el que el INE dice que más del 96% de las compraventas realizadas son sobre vivienda usada es un tanto atrevido. Es verdad que se pueden ver algunas nuevas promociones en la capital, pero no es algo significativo y ni mucho menos se puede hablar de revitalización del sector como ocurrió en los primeros años de este siglo cuando era una locomotora de la economía conquense.
No sé si lo tiene cuantificado. ¿Cuántas viviendas nuevas serían necesarias en la provincia?
Para eso tendríamos que hacer un estudio más pormenorizado pero una cosa sí es cierta y es que hacen falta viviendas tanto en la capital como en los pueblos. Es un hecho que en algunas localidades hay muchas empresas que necesitan trabajadores, pero luego se encuentran con que no se dispone de viviendas para alojarlas lo cual supone un grave problema.
En la capital hay varias promociones residenciales en marcha. ¿Prevé más en un futuro cercano?
Parece que las ventas se realizan, pero muy lentamente. Por tanto, las nuevas promociones se incrementarán a una velocidad similar. Las ayudas estatales y autonómicas al comprador joven son de vital importancia para acceder a su primera vivienda, y estimularía el mercado.
La construcción de viviendas de alquiler social, más de 3.000 en España, que anunció el Gobierno a través de la ministra Isabel Rodríguez se notará en Cuenca?
No hay información sobre este aspecto. Lógicamente nos gustaría que sí. Todo lo que sirva para atender las necesidades de la sociedad y, a su vez, estimulen al sector es positivo. Sin duda estamos a disposición de las administraciones para que nos informen y ponernos a su disposición para poner en marcha este tipo de iniciativas.
¿La obra nueva se reactiva en la provincia?
Como he comentado antes, se reactiva muy lentamente. Estamos ante un mercado mayoritario de compraventa de vivienda usada, por encima del 96%, y es una dinámica que no cambiará a corto plazo. En la provincia estaría bien tomar medidas de construcción de nuevas viviendas porque se nota la falta de inmuebles para poder acoger trabajadores de las empresas que están instalándose, por ejemplo en la zona de La Manchuela, y es vital que se generen nuevas viviendas para atender a esta demanda. Sería preciso también una mayor agilidad en las administraciones que sean más rápidas en la aprobación de permisos y licencias. Cuenca también precisa de un nuevo Plan de Ordenación Urbanística del que adolece. En lo que respecta a infraestructura nos gustaría contar con mejores comunicaciones con Valencia, Teruel, Guadalajara y Albacete.
La oferta de vivienda usada está al alza. ¿Supone un freno para la construcción de la vivienda nueva?
Entiendo que es compatible la vivienda usada, porque también da trabajo a muchas empresas del sector a través de la rehabilitación, con la construcción de vivienda nueva, que sí es cierto que estimula más la actividad económica porque potencia más subsectores. En mi opinión lo importante es potenciar más la obra nueva, como mayor impulsor de la actividad económica y eso no tiene que ir en contra de la rehabilitación y del mercado de la vivienda usada porque hay inmuebles vacíos que también deben entrar en el mercado. No son necesariamente competencia el uno del otro y son perfectamente compatibles y dinamizadores de la actividad económica.
¿Sigue faltando mano de obra en la construcción en la provincia?
Estamos en un sector que necesita más trabajadores, sin duda. En este sentido es fundamental que se ajuste la formación para que los profesionales lleguen donde lo requieren las empresas. Aquí, además, cuando hablamos de construcción, nos referimos a muchos subsectores no solo albañilería, sino también instaladores, técnicos y otros muchos perfiles necesarios para desarrollar estos trabajos.
¿Qué empleos escasean más en Cuenca o cuales son los que más se demanda?
Se requieren personas de diferentes perfiles como conductores, maquinistas encofradores, instaladores, pintores, albañiles, técnicos, peones y además la demanda va por momentos porque a veces tanto en la vivienda como en la obra pública las empresas se tienen que adaptar a las circunstancias del mercado.
Hablando de inflación. ¿Cómo les afecta la subida de los costes de los materiales?
La subida de los precios de los materiales afectó de manera directa al sector de la construcción y de la obra pública que se encontraron con que había cerrado precios de contrataciones o venta de inmuebles, y de golpe se produjo una fuerte subida de todos los elementos que se utilizan en estas obras y por lo tanto las empresas se tuvieron que enfrentar de golpe a una situación de falta de rentabilidad o incluso de pérdidas, lo que directamente puso contra las cuerdas a muchas compañías. De hecho, en el caso de la obra pública tuvo que legislarse en este aspecto porque muchas de estas licitaciones quedaron desiertas y era inviable seguir adelante en estas condiciones.
¿Existen problemas de suministro?
En un momento determinado, con la crisis provocada por la guerra de Ucrania y la alta inflación, se produjo una situación de cuello de botella en la que se notó que todo era más caro y además llegaba a cuentagotas, pero afortunadamente este aspecto parece controlado.
Más obra pública sería necesaria. ¿La caída de la licitación de obra pública entre enero a marzo es una seria advertencia?
La caída de la apuesta de las administraciones por la obra pública no es algo que se haya producido solo en los últimos meses, lamentablemente ya es un fenómeno de los últimos años. En mi opinión considero que tenemos que mantener un encuentro con las diferentes administraciones para buscar una fórmula que haga compatible la licitación de nueva obra pública con las complicadas circunstancias económicas presentes, pero está claro que se sigue necesitando tanto nuevas infraestructuras como apostar por el mantenimiento de las ya existentes.
¿Por qué hay esa paralización de la obra pública?
Como hemos comentado, hay muchas licitaciones que han quedado desiertas, y el motivo es simple, los importes de licitación no se ajustan a los costes reales de ejecución. Las empresas hacen sus cuentas y la rentabilidad no sale por ningún lado, por lo que deciden no concursar. También es cierto que en los últimos tiempos las administraciones han disminuido de manera importante su apuesta por las infraestructuras y se han centrado en otras prioridades. Estos son los principales motivos de esta importante paralización de la obra pública que estamos observando en los últimos tiempos. En nuestra opinión es un error porque estamos hablando de obras que vertebran territorios y, por lo tanto, generan actividad económica entre ellos. Hay que plantearse seriamente la activación de la obra publica.
¿Se quedan desiertas muchas licitaciones de obra pública?
La verdad es que en los últimos tiempos ha habido dificultades para poder cerrar estas contrataciones, sobre todo en las que promueven los municipios, que son los que tienen menos flexibilidad para adaptarse a las nuevas normas. Esto sucede por dos cuestiones, una subida de precios que hace eliminan las rentabilidad de este tipo de proyectos, y también porque las empresas tienen plantillas de trabajadores más ajustadas y a veces tienen dificultades para encontrar personal para poder licitar y acometer algunos de estos proyectos públicos.
¿Ha influido en la construcción de viviendas el incendio del barrio de Campanar, en Valencia, en el uso de determinados materiales?
No creo que haya mucha influencia. Lamentablemente fue una gran desgracia que todos lamentamos, pero en lo que conocemos en nuestra provincia desde hace muchos años se toman todas las medidas necesarias y se utilizan los materiales indicados para evitar este tipo de desgracias. Otra cosa es que el usuario pregunte más por este tipo de cuestiones por la alarma que ha generado el incendio, pero la vivienda nueva lleva muchos años incorporando aspectos vitales en este sentido como puertas anti incendios y otras medidas de prevención.
¿Es optimista sobre el futuro del sector en la provincia?
No se trata de ser optimista, se trata de ser realista y conocer bien la realidad existente y tomar las decisiones que se adapten a la nueva realidad tanto las empresas como las administraciones e insistir a estas para que las tome. Ahí está nuestro trabajo en el día a día, para mejorar las condiciones de las empresas y dinamizar en la medida de lo posible la actividad económica.