Los veterinarios están revueltos por la normativa sobre prescripción y uso de medicamentos veterinarios que consideran que «pone en riesgo la salud de los animales y la salud pública». Así lo asegura el presidente del Colegio de Veterinarios de Cuenca, Luis Colmenar, quien suscribe el manifiesto de apoyo que exige modificaciones a la normativa. Además, respalda la concentración veterinaria que tendrá lugar el día 5 de marzo en Madrid, frente al Ministerio de Agricultura, «así como cualquier otra reivindicación o acto de protesta cuya finalidad sea buscar la mejora de la profesión veterinaria y su reconocimiento ante la administración y la sociedad.
Colmenar explica que el detonante del malestar ha sido «un Real Decreto de 2023 que obliga a hacer una notificación al Ministerio de Agricultura de los antibióticos que utilizamos, había una moratoria y se acabó el 2 de enero».
Considera que esta norma, contra la que ya presentaron alegaciones, lejos de lograr el objetivo de control racional de los medicamentos veterinarios, supone una limitación clara de la actividad de los profesionales a la hora de prescribir fármacos en base a la evidencia científica y a su experiencia profesional, restringiendo de forma indiscriminada el acceso a los tratamientos. «Nosotros hemos reducido el uso de antibióticos una barbaridad, ahí están los datos, tanto en producción como en clínica», asegura Colmenar.
Además, los veterinarios consideran que la imposición de la notificación de la prescripción de antimicrobianos en el sistema Presvet sitúa a los profesionales bajo un régimen de control administrativo que coarta la autonomía personal e impone una burocracia excesiva.
Un quebradero de cabeza para clínicas y dueños de mascotas. La nueva normativa veterinaria trae de cabeza a muchas clínicas de mascotas y a los dueños. Por un lado, porque, como explica Colmenar, «un error en el sistema de transmisión te puede llevar a una sanción». Y es que las sanciones por el incumplimiento de la norma oscilan entre los 60.000 y un millón de euros. Por el otro lado, muchos propietarios de mascotas están desconcertados porque el veterinario les hace una receta y no tienen donde ir a comprar. Señala que «todos los días en el colegio, tenemos gente que se queja de que le han hecho una receta, se han recorrido seis farmacias y les dicen que se esperen dos o tres días, y el tratamiento lo tiene que poner ya».