Pocas veces se habrá encontrado el Real Madrid en una final donde ostentara con tanta claridad el cartel de favorito. Sin embargo, Carlo Ancelotti y el Madrid han hecho historia «no fiándose» de los rivales. Ni de sus supuestas superioridades. Toda final entraña sus riesgos, y el bloque de Edin Terzic los tiene: nadie llega a estas alturas en la Champions por casualidad.
La salida
El Dortmund cuida la pelota. Desde los tiempos de Jürgen Klopp, ser dueño del balón y del ritmo ha sido la consigna de 'Die Schwarzgelben', de ahí que la salida de la pelota sea uno de los aspectos que más ha trabajado Terzic. Kobel (considerado hoy uno de los mejores guardametas del mundo) pone en marcha el juego con una línea de tres: Maatsen -lateral zurdo cedido por el Chelsea- se acerca, Ryerson -lateral derecho- se aleja para dar salida media (el veterano Hummels ocupa el lado derecho de la zaga) y es el joven Schlotterbeck quien se encarga del centro. El germano, a sus 24 años, está considerado como el mejor central alemán (al menos, sí el de más futuro).
Cuando la presión del contrario es alta, sin embargo, al Dortmund no le cuesta activa un 'plan b' del que suele salir victorioso: usa la corpulencia de Füllkrug en la delantera para jugar balones en largo y buscar la caída. Can, Sabitzer y Brandt rodean al 'gigantón' de Hannover, e incluso Sancho y Adeyemi abandonan las bandas para buscar la segunda jugada.
En ataque
Al cuadro teutón le gusta ser protagonista: Hummels y Sabitzer empujan mucho al equipo hacia el área rival, ya que Maatsen -nadie se explica en Países Bajos cómo Koeman le ha dejado fuera de la Eurocopa- y Ryerson -noruego, fichado en enero de 2023 del Unión Berlín- juegan muy adelantados. Esto permite a Sancho y Adeyemi buscar constantemente el desmarque entre el lateral y el central, espacio donde son tremendamente peligrosos.
Además, mientras Emre Can sujeta al equipo, el austríaco Sabitzer tiene libertad total para irrumpir desde segunda línea, convirtiéndose casi en un delantero más. En todo este 'caos organizado' que planifica el Dortmund, Julian Brandt (eternamente irregular a sus 28 años) es la figura indetectable que tanto daño hace los días de inspiración. El último recurso, si los movimientos no resultan satisfactorios, es el balón colgado: Füllkrug ha logrado tres tantos decisivos esta Champions.
Pero, ¿y cuando no puede dominar -como previsiblemente sucederá hoy en Wembley-? No tiene problemas para encerrarse y buscar contras letales con dos 'balas' como Adeyemi y Sancho. Hummels (35 años) dio una lección magistral dentro de su área en París (0-1)… y además marcó el gol del triunfo: sí, mucho ojo con el balón parado del Dortmund, seis de los titulares superan el 1,85.
En defensa
Salvo que Terzic haya 'perpetrado' algún plan 'anti-Vinícius', los alemanes defenderán con su habitual 4-4-2, en el que Brandt presiona en el centro junto a Füllkrug, Adeyemi y Sancho se emparejan con los laterales y Can y Sabitzer aguantan por dentro. Es un bloque defensivo muy compacto, que ocupa muy bien los espacios y no quiere huecos entre las líneas… y queda saber a qué altura trabajará: el Dortmund prefiere el 'bloque medio' (incluso el alto) para recuperar y contragolpear lo más rápido posible, pero es posible que ante el Real Madrid termine imponiéndose un patrón similar al del Parque de los Príncipes, un 'bloque bajo' aguantando el chaparrón, comoganó en París. Pero el PSG estrelló cuatro balones en la madera: no está cómodo defendiendo atrás.